R. Odinga: Compromiso para la reconciliación en Kenia
Wednesday, October 1, 2008
Me complace mucho darles la bienvenida a Nairobi, porque sé que ustedes están trayendo un mensaje de paz en momentos en que estamos saliendo de una crisis. Mi esposa Ida y yo hemos participado en sus conferencias en Corea y sentimos que estamos entre amigos. Conferencias como ésta dan un respiro a nuestra gente.
Hemos atravesado por un período muy difícil en donde más de 1.500 personas perdieron la vida y cientos de miles fueron desplazadas después de las discutidas elecciones presidenciales. Las fuerzas de seguridad también desencadenaron mucha violencia. La orden dada fue: “Disparar para matar”.
Nosotros habíamos vivido con la ilusión de que éramos un país unido. Habíamos ganado la fachada de unidad, pero cuando se quitó esta máscara, vimos otra cara de Kenia. Los kenianos nos acercamos al precipicio y miramos hacia abajo del abismo, pero no nos gustó lo que vimos. Entonces dimos unos pasos hacia atrás y decidimos hablar unos con otros.
Nos dimos cuenta de que si no se hacía nada, el país se iba a desintegrar. Pensamos en aquellos otros países donde se disputaron elecciones, y terminaron dividiéndose, y dijimos que Kenia es más grande que todos nosotros.
Hoy estamos de vuelta- pero no como de costumbre. Nosotros sabemos que para permanecer unidos y prósperos, debemos cambiar en cuestiones fundamentales, y hemos comenzado ese proceso. Nosotros necesitamos reconocernos y respetarnos mutuamente, y reconciliar nuestra sociedad que ha sido partida en dos.
Considerando las vidas de la gente y la seguridad, y pensando en la unidad de nuestro país, he decidido que es tiempo de transigir y llegar a un acuerdo. Esta fue parte de las lecciones que aprendí cuando participé en las conferencias en Seúl, Corea.
Fuimos ayudados por nuestros hermanos africanos y por la comunidad internacional. Líderes mundiales que estaban preocupados por la estabilidad y seguridad de Kenia me llamaron, y varios vinieron a Nairobi para hablar con Kibaki y conmigo. A través de la iniciativa de la Unión Africana, vino a Kenia un panel de personas eminentes conducidas por el Secretario General de la ONU, Dr. Kofi Annan. Armamos un equipo que consistía en cuatro personas de cada lado para sentarnos y negociar bajo el liderazgo de ese panel.
En cierto momento, estuvimos todos en punto muerto, entonces Kofi Annan suspendió las charlas y consultó con el presidente Kibaki y conmigo. Ninguna de las partes estaba dispuesta a hacer concesiones por encima de cierto punto. Entonces yo dije, “Miren, por el bien de nuestro país yo estoy dispuesto a moverme a un lado.” Finalmente él estuvo de acuerdo, y nos encontramos en el medio. Fue como los cardenales encontrándose para elegir a un Papa: la primera vez que salimos, la gente vio humo negro y sabían que el Papa no había sido elegido, y cuando salimos, la gente vio humo blanco y sillas arregladas para firmar el acuerdo.
Algunas personas de ambos lados no quedaron contentas con el acuerdo, pero eso fue lo mejor que pudimos lograr y dijimos que eso era algo bueno para Kenia.
Acordamos en formar una gran coalición gubernamental con una división del poder de 50-50. En el gabinete ministerial 50 por ciento son mis ministros y 50 por ciento son del lado del Presidente Kibaki. Nosotros compartimos el poder en partes iguales, con constantes consultas. Pensamos que es la única manera de hablar, considerando las causas raíces de las dolencias de nuestro país. Tal coalición es la primera en el país y ciertamente en Àfrica. Necesitamos cada trozo de nuestra creatividad, generosidad, y paciencia para asegurarnos que permanecemos unidos.
La clave más importante para la paz es la rápida recuperación económica para compensar el daño que resultó de la violencia. Los negocios fueron destruidos, y el sembrado de los cultivos, suspendido; aumentó el desempleo y se elevó el precio de los alimentos.
Este mes he convocado la primer conferencia trimestral de ministros para transformar la relación entre el gobierno y el sector privado, y en el proceso, transformar la economía y las vidas de los kenianos. Estamos en camino de construir una relación más articulada entre el gobierno y la economía del sector privado, para levantar esta economía.
Espero que los participantes del Festival para la Paz Global tomen este mensaje acerca de una nueva Kenia y lo lleven a sus contactos. Nosotros tenemos un compromiso colectivo para encontrar soluciones. A pesar del terrible trauma del derramamiento de sangre, hemos mostrado que estamos listos para ir más allá de fronteras, culturas y tradiciones, para restaurar la paz.
El Festival para la Paz Global de “Una familia bajo Dios” muestra que antes de ser uno miembro de una nación, tribu o facción política, somos primero y sobre todo, hijos de un mismo Creador. El ser miembros de la familia humana nos hace hermanos y hermanas. La supervivencia, la prosperidad, y la coexistencia pacífica para todos nosotros, requieren que nunca nos olvidemos de esto.
Yo respeto al Dr. Moon por su entusiasmo en educar a líderes jóvenes en el servicio público. Sé que él está encabezando actividades diseñadas para traer paz atrayendo a una generación de líderes jóvenes que tienen la habilidad de servir a los demás. Dejados solos sin guía apropiada, la juventud usa su energía de un modo egocéntrico. Es esencial la educación del carácter y la creencia de que la juventud puede trascender limitaciones para servir a la causa de la paz.
Hemos juntado las manos para limpiar el Río Nairobi, participando kenianos de todas las profesiones y condiciones sociales. Me contaron que el Río Han en Seúl fue una vez un río contaminado igual que el Río Nairobi, pero ahora, mediante esfuerzos concientes, es un río limpio, y yo lo he visto. Intentamos hacer al Río Nairobi tan limpio como aquel.
Es a través de foros como éste que la juventud de este país será capaz de transformarse en futuros líderes dignos de confianza. Deseo agradecerles mucho.