Discurso a la Cumbre de la Paz Mundial
Nueva York, EEUU, 31 de enero 2009
Estamos en tiempos de crisis. Se interrumpió el crecimiento económico y empezó una recesión cada vez más generalizada y solamente comparable a la crisis del 29 del siglo pasado. Es una crisis económica global que nace en los Estados Unidos y contagia a Europa, a Japón, a China, a México, Argentina y la América Latina en general. Demuestra que estamos interconectados y que somos interdependientes.
¿Cayó la globalización? No desde luego, más bien la crisis demuestra y confirma que estamos en la era de la globalización. ¿Caerá el capitalismo como ya vimos caer al socialismo soviético? Tampoco lo creo, aunque si es cierto que se está produciendo un reacomodo y un replanteamiento de las políticas económicas con nuevos perdedores pero también nuevos ganadores.
Lo que si es cierto es que pasaremos tiempos difíciles a nivel global y también en el ámbito interamericano. El diálogo y la cooperación entre el Norte y el Sur de las Américas se hará más difícil. La crisis económica global y sus repercusiones en los niveles de desempleo, pobreza, inseguridad ciudadana y migraciones constituye un desafío que amenaza con dividirnos.
Pero hay en el horizonte e incluso ya en el presente otros desafíos que complican las relaciones. Hay, por ejemplo, un populismo radical que se ha afianzado en algunos gobiernos promoviendo la discordia y el conflicto entre el Norte y el Sur del continente. Utiliza la democracia para llegar al poder y desde allí minar las instituciones democráticas, concentrar el poder y establecer alianzas internacionales con gobiernos radicales y organizaciones extra continentales que son verdaderos adversarios de la libertad y de las democracias, así como de la convivencia armónica y pacífica.
Pero aún en ese panorama adverso es necesario seguir promoviendo el diálogo, la comunicación y la cooperación entre el Norte y el Sur del Hemisferio Americano. Hay que promover la paz en las Américas.
¿Qué tenemos en común para promover ese diálogo y esa paz?
- Compartimos el territorio de un gran continente con enormes recursos humanos y naturales.
- Compartimos valores, principios e instituciones de libertad y democracia.
- Compartimos también valores religiosos cristianos, aunque con diferentes matices en el Norte y en el Sur.
- Compartimos un Sistema Interamericano de instituciones que se basan en los valores y principios de la libertad, la justicia, la democracia, la paz, el desarrollo sostenible, los derechos humanos y el imperio de la ley.
- Ese sistema incluye la realización periódica de Cumbres Presidenciales en las que se reúnen los Jefes de Estado y de Gobierno para dialogar y construir agendas de cooperación y desarrollo conjunto.
- Incluye también a la Organización de Estados Americanos con sus Asambleas Generales y otras instancias de diálogo, comunicación y cooperación entre el Norte y el Sur.
- Sin dejar de mencionar al Banco Interamericano de Desarrollo, nacido de la Alianza para el Progreso y la mejor herencia que nos dejó John F. Kennedy a las relaciones interamericanas. Asimismo son parte de tal sistema interamericano la Comisión, la Corte y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos.
Se trata de un sistema interamericano que debe ser agilizado y perfeccionado para que sirva mejor a los elevados ideales y principios que promueve.
¿Qué podemos hacer en tiempos de crisis global?
Hay que promover la convivencia pacífica, el diálogo, la comunicación y la cooperación en el nivel de las relaciones gubernamentales tanto en el ámbito bilateral como en el multilateral.
Para el gobierno de los Estados Unidos es importante el lazo bilateral con Brasil como potencia emergente, con México como gran vecino del Sur y con Colombia como socio estratégico en una zona muy conflictiva, complicada y neurálgica desde el punto de vista de la seguridad. También Chile generalmente recibe un trato preferencial por sus logros políticos y económicos. Y está el tema más controversial que es el de Cuba, con un gobierno que sigue aferrado a los dogmas del marxismo-leninismo, el partido único y la economía socialista y por cierto excluído del sistema interamericano. ¿Podremos hacer algo efectivo los que vivimos en las Américas para que los vientos de la Tercera Ola de la democracia y de la reconciliación lleguen finalmente a Cuba?
En cuanto a los foros multilaterales se acerca la Cumbre Presidencial de las Américas que tendrá lugar en abril del 2009 en Puerto España, Trinidad y Tobago, un evento interamericano que marcará el debut del Presidente de los Estados Unidos Barack Obama en el Caribe y en la América Latina.
En Puerto España, los mandatarios del Sur de las Américas tendrán la oportunidad de conocer personalmente al nuevo Presidente estadounidense y de medir el pulso de lo que será su política exterior hacia la América Latina, con el concurso y presencia, desde luego, de su Secretaria de Estado, Hillary Clinton. Porque hasta el momento la diplomacia estadounidense en el continente americano es toda una incógnita.
En cuanto a las relaciones económicas y comerciales interamericanas el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) se fue concretando de manera gradual por medio de la negociación y suscripción de Tratados de Libre Comercio bilaterales como los de Chile y Perú o multilaterales como el suscrito con Centro América y República Dominicana. Además del ya tradicional Acuerdo de Libre Comercio de Norte América que incluye a México. Pero están pendientes de ratificación Tratados de Libre Comercio como los de Colombia y Panamá. Y aún no está claro si la administración Obama le dará prioridad a la negociación de nuevos Tratados de Libre Comercio con países como Brasil, Argentina y Uruguay o si va a abrir una etapa de revisión y renegociación de los acuerdos comerciales suscritos durante la era de George Bush hijo. En este campo también prevalecen las incógnitas.
Sin olvidar que originalmente el libre comercio se planteó como uno de los mejores medios para promover la paz entre las naciones y en éste caso como un instrumento para aumentar la comunicación, los intercambios, los contactos y los negocios entre el Norte y el Sur de las Américas.
Pero hay que ir más allá del comercio en la construcción de la paz en el hemisferio americano.
Es vital promover las relaciones entre organizaciones no gubernamentales de ambos lados del Río Grande. Hay que impulsar el diálogo, la comunicación y la cooperación entre organizaciones de la sociedad civil en aras de promover la prosperidad, el desarrollo sostenible e integral, así como la democracia, los derechos humanos, el imperio de la ley, la ética en la función pública y la gobernabilidad democrática.
Hay que defender un espacio independiente para la sociedad civil en la promoción de los lazos entre el Norte y el Sur.
Asimismo promover las relaciones de diálogo y cooperación entre las diferentes religiones del Continente Americano. La religión debe ser también una vía para religar a los seres humanos no solamente con Dios sino entre los seres humanos que habitan en las Américas.
El mensaje tan sabio de la Federación para la Paz Universal de construir “una familia bajo Dios” debe hacerse realidad en el Hemisferio Americano construyendo aquí también esa familia bajo un solo Dios independientemente de que unos sean católicos y otros protestantes o de otros grupos religiosos.
En vez de buscar o destacar las diferencias, la confrontación y a veces hasta el conflicto entre religiones mejor busquemos las coincidencias, el diálogo y la cooperación a fin de construir un continente más democrático, más humano, próspero y sobre todo más pacífico.
Si quieres la paz, ¡prepara la paz!
Hay que prevenir el conflicto, promover el diálogo y la cooperación, la armonía y la paz en las Américas.