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Declaración de UPF para el Día Internacional de la Paz 2009

El Día Internacional de la Paz

“Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz” - Preámbulo de la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 1945

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En ocasión y en adhesión al Día Internacional de la Paz del 21 de septiembre de 2009, para el cual el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dio el lema “Debemos desarmarnos”, con un enfoque en el desarme y la no-proliferación nuclear, la Federación para la Paz Universal declara:

Primero, los conflictos humanos y el recurso a los armamentos y a las armas tiene sus raíces en el quiebre de las relaciones humanas y en el fracaso de los hombres de vivir conforme a los ideales y a las aspiraciones más elevados del ser humano. La violencia es un síntoma del fracaso moral y espiritual. Si queremos eliminar la violencia y las armas de destrucción masivas, debemos comprometernos a lograr un despertar de orden moral y espiritual.

Segundo, una paz duradera se puede garantizar no sólo mediante la reducción de arsenales nucleares, sino, más importante aún, acentuando la solidaridad entre los miembros de la familia humana en su totalidad, y mediante el reconocimiento de que todos somos hermanos y compartimos una misma herencia moral y espiritual. Somos una sola familia bajo Dios. Es la comprensión de esta noción la que nos lleva a una voluntad colectiva para poner fin a un conflicto violento.

Tercero, la familia como el elemento básico para la constitución de la sociedad, nos sirve como primera escuela para sembrar nuestras bases morales y debe servir igualmente de escuela para aprender a amar, a respetar y a servir a los demás. Reforzando los lazos del matrimonio y de la familia podemos educar a nuestros hijos y enseñarles a respetar a todas las personas, estableciendo así las bases para una cultura de paz. Una vez que los seres humanos aprendamos a resolver los conflictos sin recurrir a las armas, recursos inmensos serán entonces reasignados al desarrollo del ser humano.

Cuarto, las leyes por sí solas no pueden cambiar la cultura de la violencia, se requieren programas educacionales muy consistentes y sólidos, dirigidos a promover la educación del carácter, la resolución de los conflictos y al establecimiento de una cultura de servicio y de paz. Aquellos hombres y mujeres a quienes se les ha enseñado a cumplir sus obligaciones morales y a asumir sus responsabilidades hacia los demás respetarán a los demás y vivirán para el mayor beneficio y el desarrollo de la sociedad.

Por consiguiente, la Federación para la Paz Universal se une pues a la Organización de las Naciones Unidas para declarar el día 21 de septiembre como:


Día Internacional de la Paz