SOLIDARIDAD Y COMPROMISO
1. Nuestro acompañamiento y solidaridad con los creyentes de las distintas comunidades de fe cuyos sentimientos y creencias fueron heridos una vez más ante los más variados ataques y lacerantes profanaciones perpetradas en templos históricos e iglesias de distintas denominaciones, acontecidos estas últimas semanas y los pasados meses en nuestro país.
2. Nuestro repudio a este y todo tipo de agresiones y manifestaciones que atentan contra la dignidad humana y lugares considerados sagrados por las distintas confesiones, que vulneran derechos fundamentales, como la libertad de conciencia y culto, contemplados en las cartas magnas de las distintas naciones y reconocidos por los máximos organismos internacionales.
3. Los tristes episodios, que parecen retrotraernos en el tiempo, nos interpelan a todos a una profunda reflexión sobre nuestra responsabilidad en confluir en mayores esfuerzos por una sociedad y nación de grandeza que cimentaran nuestros antepasados, que fue ejemplo de convivencia en la diversidad de credos y colectividades. Nos llama a aunar mentes y corazones, con la preeminencia del amor, para revitalizar la espiritualidad y seguir invirtiendo en un ministerio fructífero, que ilumine, contagie esperanza, construya puentes y abrace.
4. Renovamos nuestro compromiso, en palabras y acciones, conducentes a una cultura del diálogo y del encuentro, por una sana convivencia, para caminar juntos hacia el “bien común”. Hacia la esperanza de todas las eras, que es una sociedad fraterna y un mundo de paz, por lo que han derramado sudor, sangre y lágrimas tantos hombres y mujeres de valores y valor a lo largo de los siglos.
5. Nuestra solidaridad igualmente ante los dolorosos acontecimientos en Siria y la amplia y conflictiva región de Medio Oriente, y en cualquier rincón del planeta donde persisten desterrados y perseguidos por su fe. Donde reafirmamos el compromiso por el diálogo y la cooperación interreligiosa, que resulta un imperativo ineludible de estos tiempos para reconstruir la esperanza y cimentar la paz. Para que el legado de tantos santos y mártires no quede en vano y pueda ser revivido y enriquecido cotidianamente con auténtica grandeza, con humildad y servicio, confortados e inspirados en el común Origen y Destino.
UPF Argentina
Buenos Aires, 15 de noviembre de 2013