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Buenos Aires, Argentina—Una aleccionadora charla brindó el Lic. Bernardo del Guercio (*) el 21 de abril en la Embajada para la Paz (Buenos Aires) bajó el título “El arte de sanar”, que dio inicio al Ciclo Embajadores. Durante su didáctica exposición habló de la angustia, el estrés, los miedos y las preocupaciones. También de la resiliencia, el cambio de actitud, la recuperación del sentido de la vida, el buen humor, el coraje, “aprender a ayudar a otros” y la responsabilidad: “la habilidad de responder”. Y de dejar los lamentos, reavivar los sueños y “la capacidad de irradiar pensamientos calmos y amorosos”.

Apeló a personajes históricos y al arte, comenzando por “el buen samaritano” de Van Gogh. También al humor gráfico, anécdotas, frases emblemáticas y etimología de palabras y ejemplos de superación de adversidades extremas. Desde el milagro de fe y coraje que permitió rescatar a los sobrevivientes de la tragedia aérea de los Andes de 1972 y una experiencia del psiquiatra austriaco Viktor Frankl que sobrevivió varios campos de concentración; hasta el caso de la adolescente siria Yusra Mardini quien junto a su hermana salvaron su vida y la de un grupo tras un problema en el bote en medio del mar luego de escapar de la región del conflicto. Ahora entrena en Berlín y sueña con competir en natación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Su charla avanzó con láminas de personajes de la cultura, la ciencia y la paz. “No son las cosas que ocurren, sino cómo las aceptamos”, afirmó sobre lo que nos afecta. “El humor nunca es reírse del otro”, sentenció. “¿Cuál es nuestra escala de valores? ¿Qué emoción negativa hay que transmutar?”, cuestionó. “Vivir apurado es perder el tiempo”, inquirió. “Si vivimos en sumisión es porque no hemos desarrollado nuestra misión”, reflexionó. “Las cosas no son lo que nos pasa, son lo que hacemos o dejamos de hacer con lo que nos pasa”, opinó ante un auditorio que siguió atento sus palabras de poco más de una hora.

Expresó que hay quienes sufren anticipadamente cosas que tal vez nunca sucederán. “Existen miles de miedos”, que definió: “tienen ojos grandes y un corazón pequeño”. Señaló que el humor es “ver las cosas a la distancia, con desapego”. Invitó a salir de uno mismo y poner el foco en los otros. También habló de una “actitud vital”, dejar círculos depresivos y optar por “una espiral ascendente”, de la importancia de la caridad y la acción. Su didáctica exposición estuvo impregnada de búsqueda de sentido en la vida y apertura a la espiritualidad: “Señor, muéstrame Tus caminos, enséñame Tus sendas” (Salmos 25:4).


(*) Bernardo del Guercio es Embajador para la Paz, Licenciado en Psicología (UBA), postgrado en terapia de pareja, docente, escritor, conferencista, terapeuta floral y orientador vocacional.