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Buenos Aires, Argentina—Parlamentarios y especialistas de distintas áreas que participaron de la Conferencia Internacional de Liderazgo (ILC) llevada a cabo en octubre en Paraguay brindaron su informe en un ameno encuentro desarrollado el 17 de noviembre en Magnaverun (Buenos Aires).

Compartieron sus impresiones los parlamentarios del Parlamento del Mercosur Prof. Fernanda Gil Lozano (1) y el Ing. Humberto Benedetto (2), y la Prof. María Teresa Narváez (3), conductora del Programa “Relaciones Internacionales”. En tanto, enviaron su informe la Senadora Nacional Dra. Silvia del Rosario Giacoppo, quien diera un mensaje en el Congreso Nacional de Paraguay al momento de presentarse la iniciativa “Parlamentarios para la Paz” (4); y la Lic. Gabriela Abarzúa, especialista en cuestiones medioambientales, quien expusiera en Asunción en el panel “Hacer frente a los retos críticos de nuestro tiempo: el Cambio climático”. Bajo el título: “Educación Ambiental, equidad para el desarrollo sustentable” (5).

En la apertura del encuentro se proyectó un video introductorio sobre la Asociación Internacional de Parlamentarios para la Paz (IAPP), propósito central del ILC de Paraguay desarrollado bajo el lema “Afrontando los retos críticos de nuestro tiempo: El papel de los gobiernos, la sociedad civil y las organizaciones basadas en la fe”. La IAPP busca trascender los particularismos y nacionalismos para encarar los desafíos críticos que enfrenta la humanidad y el planeta en la actualidad, tales como los extremismos, los conflictos étnicos y religiosos, la contaminación ambiental, el cambio climático, la pobreza, etc.

Luego de escuchar las experiencias y reflexiones de los participantes del ILC de Paraguay, junto con la proyección de algunas imágenes, se compartió un extracto del mensaje de la Dra. Hak Ja Han Moon, cofundadora de la UPF Internacional, que leyera en el Congreso Nacional de Paraguay uno de sus hijos: Kwon Jin Moon (6). La lectura en este caso estuvo a cargo de la Lic. Rosetta Conti de Castellón, Presidente del capítulo argentino de la Federación de Mujeres para la Paz Mundial e integrante del Consejo de Paz de UPF-Argentina.

En la ocasión también brindó unas breves palabras el Sr. Carlos Varga, Director de UPF- Argentina, y se entregó a los parlamentarios, flamantes Embajadores para la Paz, la Autobiografía “El ciudadano global que ama la paz”. En tanto, los anfitriones, Jorge y Gastón Cuneo, hablaron brevemente de las plataformas educativas digitales que promueve Magnaverum. Para después compartir un refrigerio en un espíritu de confraternidad junto a Embajadores para la Paz y directivos de distintas entidades que se hicieron presentes.

 


(1) Extracto palabras de parlamentaria del Parlasur Prof. Fernanda Gil Lozano

https://www.youtube.com/watch?v=EA4k6QuiBw8

(2) Extracto palabras de parlamentario del Parlasur Ing. Humberto Benedetto

https://www.youtube.com/watch?v=yQLI7QVQy38

(3) Extracto palabras de conductora radial Prof. María Teresa Narváez

https://www.youtube.com/watch?v=Lxn-cIOYNcU

 

(4) Informe de Senadora Nacional Dra. Silvia del Rosario Giacoppo

“La Argentina se encuentra celebrando el Bicentenario de su independencia. Ese tiempo nos distancia del proceso que dio lugar a la paz de una nueva nación.

En estos dos siglos los argentinos transitamos, con fuerte esperanza y confianza, y con algunos tropiezos, el camino de “constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad”, como señala el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional.

La consolidación de la paz interior no se construye de una vez y para siempre; demanda diálogo y aceptación permanente; generosidad entre todos los ciudadanos, bajo la consigna del respeto de los derechos humanos y la solidaridad.

Ello requiere de un gran compromiso de los líderes sociales y políticos, entre ellos de los legisladores.

Estamos convencidos de la necesidad de triunfar en lograr la unión de los argentinos. Este es uno de los tres pilares del nuevo gobierno, que integro.

El hambre cero y la seguridad, fruto de la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, son parte de los desafíos que confiamos alcanzar, en parte gracias a esta valiosa iniciativa que estamos compartiendo, para encontrar soluciones entre todos.

Sin dudas los conflictos que afectan la paz en el mundo, también requieren respuestas internas. Uno de ellos, como bien se señalaron en las jornadas en Paraguay (Asunción, 10-10-2016), es el Cambio Climático. De allí que el Acuerdo de París (UN), de reducir la emisión de gases de efecto invernadero, entre otros objetivos, cuenta a la Argentina como uno de los primeros países en culminar el proceso de ratificación de esta iniciativa global.

Este aspecto es central, pues su mitigación a escala local, regional y mundial permite superar en el mediano y largo plazo las alteraciones que se están produciendo en las condiciones productivas y energéticas, sobre todo a partir de un fuerte compromiso de nuestro país de impulsar la energía renovable.

Proceso que ya se encuentra en marcha. Y de la cual la provincia que represento es un gran ejemplo en cuanto al uso de la energía solar en pequeña y gran escala.

El 16 de noviembre de este año el Jefe de Gabinete de la ONU, Edmond Mulet, subrayó que para mantener la paz se necesita abordar las causas de los conflictos y no sólo sus síntomas. Varios son los conflictos mundiales, entre ellos, disputas de territorios, amenaza nuclear, intolerancia religiosa y terrorismo; pero quisiera referirme, en particular, a uno que para nosotros se encuentra muy próximo: el de la pobreza.

El desarrollo sostenible requiere erradicar la pobreza, también el acceso a la vivienda digna, a la seguridad personal, al respeto de la infancia y los derechos de las mujeres, discapacitados, minorías y adultos mayores.

En estos puntos tenemos un gran desafío por delante. Recientes informes indican que un tercio de nuestra población es pobre, de ellos muchos son niños. Ello explica la extensión de programas como la Asignación Universal por Hijo, entre otras medidas para paliar la situación.

La vivienda, o el acceso al saneamiento, son otros de los objetivos para alcanzar dignidad a los habitantes argentinos. Para ello el Plan Nacional Urbano lanzado recientemente, que hace frente al crecimiento desordenado de las ciudades, la proliferación de barrios precarios y un déficit habitacional de 3.800.000, que hay que resolver.

El Plan pretende revertir la situación de más de 6.000 barrios marginales o comunidades vulnerables e irregulares para convertirlos en espacios de oportunidad para el desarrollo económico. Dicho Plan, que es el más significativo presentado en Suramérica, se expuso en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat III, que tuvo lugar en Quito, Ecuador, en el mes de octubre de este año.

Pero cuando se miran las causas que han dado lugar a las mismas, debemos ser concientes de la responsabilidad social en las políticas económicas, el combate a la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico.

Se necesita fortalecer en las instituciones democráticas el estado de derecho y asumir los compromisos internacionales contraídos para luchar contra los flagelos globales de forma mancomunada, para sembrar la tolerancia y el entendimiento mutuo.

Como afirmó recientemente el Secretario General Ban Ki-Moon (Día Mundial de la Tolerancia: 16 de noviembre): los desafíos globales a los que nos enfrentamos (odio anti-musulmán, antisemitismo y otras formas de discriminación) deberían obligarnos a rechazar la mentalidad del “nosotros” contra “ellos” y ver el mundo a través de una visión global de “nosotros, los pueblos”. Instó a buscar “¡Juntos!” una respuesta para los refugiados y migrantes. Por eso celebro que nuestro país está comprometido con la ayuda a Siria, con la asistencia de ACNUR/UN, en la apertura a la recepción de refugiados de buena voluntad, dentro de nuestro alcance.

Este sintético análisis demuestra la importancia de estos encuentros entre pares, pues ellos son una gran oportunidad para compartir las experiencias y aciertos en los objetivos superadores a los que todos aspiramos.

Quiero recordar como cierre un párrafo del discurso de Martin Luther King al recibir el Premio Nobel de la Paz en el año 1964: “Después de reflexionar, concluyo que este premio, el cual recibo en nombre del movimiento, es un profundo reconocimiento de que la no violencia es la respuesta a la crucial interrogante política y moral de nuestro tiempo -la necesidad del hombre de vencer a la opresión y a la violencia sin recurrir a ellas. La civilización y la violencia son conceptos contradictorios”.

Este paradigma que plantea Martín Luther King de descartar la violencia en las relaciones entre los seres humanos, en virtud de su dignidad, es clave en las relaciones internacionales, que coincide con los esfuerzos de nuevos líderes para la paz que promulga la Federación para la Paz Universal.

En esa iniciativa se formó la Asociación Internacional de Parlamentarios para la Paz, que he tenido el honor de integrar recientemente en Asunción, Paraguay.

Quisiera, por lo tanto, agradecer profundamente el haber sido designada como Embajadora para la Paz y por ese medio, permitirme ser parte de este loable proyecto de la Unión por la Paz Mundial.

Mi experiencia fue muy enriquecedora y potencia mi compromiso de cumplir con este mandato tan importante para la humanidad, sabiendo plenamente que será posible, porque estamos trabajando en ello, todos ¡“JUNTOS”!

Muchas gracias”.

 

(5) Informe de especialista medioambiental Lic. Gabriela Abarzúa

“Recientemente fui nombrada Embajadora para la Paz en el marco de la Conferencia Internacional de Liderazgo bajo el lema: “Afrontando los retos críticos de nuestro tiempo: El papel de los gobiernos, la sociedad civil y las organizaciones basadas en la fe”, organizada en Paraguay por la Universal Peace Federation (UPF) de la región e internacional.

Participé como oradora en calidad de profesional y especialista en temáticas de Género y Ambiente, junto a personalidades latinoamericanas y de otros continentes que dedican su vida a los principios del bien común, desde la religión, las ONG’s y las organizaciones gubernamentales.

La sincronicidad, por decirlo de alguna forma, o el camino recorrido, me colocó en tan importante encuentro. Una u otra, no lo sé. Lo importante es que me toca una responsabilidad propia de estos títulos que tengo, el honor y un agradecimiento muy íntimo a Dios, de darme la posibilidad de recibir.

Desde muy temprana edad decidí formarme en lo académico para dedicarme a dos causas que despertaron la necesidad de hacer algo sobre la realidad ambiental y social, de la cual soy parte. En la actualidad, la vida me brinda la oportunidad de trabajar en lo que realmente me hace sentir feliz y fundamentalmente útil… aunque siempre tengo la sensación de no estar haciendo lo máximo posible.

Hoy ocupo el cargo de Presidente de Soroptimist Internacional en Buenos Aires, movimiento global de voluntarias donde trabajamos juntas para transformar la vida de las mujeres y las niñas. Nuestra red, de reconocimiento mundial, con más de 95 mil miembros en 132 países, con status consultivo en la ONU, FAO y UNICEF. Desde 1921 trabaja a nivel local, nacional e internacional para educar, capacitar y permitir oportunidades para nuestras congéneres.

Obtuve la licenciatura en Gestión y Administración Pública, titulación que más allá de las contradicciones propias del sistema, me da la satisfacción de saber correcta la elección. Adquirí mucha experiencia siendo muy joven, ocupando distintos cargos públicos en diversos contextos territoriales rurales y urbanos de este bello país. Trabajé en disímiles niveles institucionales: locales, provinciales, nacionales; desde el ámbito ejecutivo y de legislativo, otorgándome una visión propia de las lógicas técnicas y políticas del que hacer público. En la actualidad me desempeño en el área de Educación Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, intentando validar conocimientos y desempeño día a día.

Me considero ambientalista por vocación de servicio. Mi primera organización, la “Cruz Verde” del año 1992, fue un hito en el historial de mi existencia. Me permitió aprender junto a los niños que la integraban, el concepto del “cuidado del lugar donde uno habita”, y la conciencia de la corresponsabilidad de las acciones ciudadanas, la cual sostengo en este presente, como principio fundamental de la sustentabilidad ambiental.

Mis acciones y pensamientos están guiados por la fuerza de la fe, la paz y la concordia. Amo profundamente a mis dos hijos, a mis padres y a mi familia, los cuales son mi sostén, y les dedico mis logros. Considero que las buenas intenciones siempre prevalecen y superan a las malas. Que la bondad es intrínseca al ser humano. Que la ternura es la manifestación de la vida. Que la tierra nos inunda de la abundancia que aún no reconocemos. Que todos y todas poseemos saberes para la convivencia en la diversidad. Que el dialogo es la herramienta para el consenso. Estoy convencida que la pasión, el servicio y el trabajo responsable de cada uno por el “bien común” podrá curar los males que hoy nos aquejan.

Ruego, por la paz de las familias, donde no afloren reacciones violentas; por la libertad que pueda disfrutarse en las calles de cada ciudad; por nuestros dirigentes que tienen el compromiso de dejar este país mejor de lo que lo encontraron; y por mí, para que Dios me guíe y no salirme de este camino que elegí”.

 

(6) Mensaje de Dra. Hak Ja Han Moon en ILC de Paraguay leído por Kwon Jin Moon en el Congreso Nacional de Paraguay el 11 de octubre de 2016

“Excelencias, distinguidos parlamentarios de toda América del Sur. Honrados participantes de la Conferencia Internacional de Liderazgo (ILC) de la Federación para la Paz Universal (UPF). Damas y caballeros.

Tengo el agrado de dirigirme a ustedes hoy en Asunción de Paraguay. Creo que es muy significativo que nos hayamos reunido aquí para esta sesión especial de la Conferencia Internacional de Liderazgo (ILC) de la UPF y el lanzamiento de la Asociación Internacional de Parlamentarios para la Paz (IAPP) en esta región. Me alienta que no sólo los parlamentarios de Paraguay se hayan reunido hoy aquí, sino de varios otros países de América del Sur.

Durante su vida el Rvdo. Dr. Sun Myung Moon, mi marido, y yo siempre hemos enseñado que los individuos, en todos los sectores de la sociedad, incluyendo el gobierno, la sociedad civil, la religión, la economía, la ciencia, etc., tienen la responsabilidad de trabajar para construir un mundo de paz universal y duradera. Este ideal está directamente relacionado con los parlamentarios.

En cualquier nación el Parlamento es la casa del pueblo. Un lugar donde se puede escuchar la voz de las personas y el bien público propuesto por los representantes elegidos democráticamente: los parlamentarios.

La democracia representativa es una noble tradición, con raíces que datan de siglos, siendo ahora la forma de gobierno más ampliamente aceptada.

A pesar de ser de distintos países, todos comparten el mismo aprecio y respeto por servir como representantes de quienes los han elegido. Ustedes son servidores del pueblo, y, como tales, se espera que sirvan al bien público, guiados por principios básicos de buen gobierno: la rendición de cuentas, la transparencia, la colegialidad, la integración social, el respeto por los derechos humanos y el estado de derecho.

Un buen gobierno se asegura no sólo por las políticas y leyes del sistema político. También es necesario que aquellos que tienen posiciones de poder sean personas de buen carácter, guiados por su conciencia y principios morales universales. El buen gobierno también depende de una ciudadanía bien educada y moralmente responsable.

Es por esta razón que la religión a lo largo de la historia ha sido un factor importante en la contribución al desarrollo moral y espiritual, tanto de los líderes políticos como de los ciudadanos. Es imprescindible que dentro de los sistemas democráticos modernos no perdamos de vista a Dios, nuestro Creador y Padre Celestial, ni los principios y las leyes espirituales que se han enseñado a lo largo de los siglos.

Mi marido y yo hemos dedicado nuestras vidas exclusivamente a la construcción de un mundo de paz duradero. Esta ha sido nuestra misión de vida. Siempre hemos enseñado que la paz no es simplemente la ausencia de conflictos violentos. La paz siempre llega cuando las relaciones se caracterizan por la armonía, el equilibrio y el respeto mutuo. Tales relaciones se crean cuando practicamos la generosidad, viviendo por el bien de los demás. Esta es la esencia del amor verdadero.

El amor verdadero es la esencia de Dios, que creó todas las cosas como nuestro Padre Celestial. Todos tenemos una naturaleza que deriva de nuestro origen común. Es por eso que somos capaces de practicar el amor verdadero, uno hacia el otro, y hacia todos los seres del mundo que nos rodean.

Nuestro propósito y la responsabilidad como hijos e hijas de Dios, nuestro Padre Celestial, es llegar a ser individuos de amor verdadero, con la mente y el cuerpo unidos. Sobre esta base podremos construir matrimonios y familias de amor verdadero, como la base de la sociedad y la nación. A su vez, es necesario cuidar el planeta y todas las formas de vida que componen nuestro entorno. Si cumplimos con esta responsabilidad podremos establecer un mundo de paz.

Mi marido y yo hemos aplicado este ideal y el principio de vivir por el bien de los demás en todos los sectores de la sociedad. Siempre hemos honrado a los individuos que aplicaron estos principios en las áreas de su vida profesional, nombrándolos Embajadores para la Paz. Muchos parlamentarios de todo el mundo han sido nombrados Embajadores para la Paz y trabajan en estrecha colaboración con la UPF y otras organizaciones afiliadas de nuestro Movimiento.

Además, hace poco inauguré el Premio Sunhak de la Paz en honor a las personas y organizaciones que se han dedicado a servir al bienestar de los demás y las generaciones futuras. La primera edición del Premio Sunhak de la Paz se presentó en agosto de 2015 y el próximo será entregado en febrero de 2017.

Cuando hablé en las Naciones Unidas en Viena, en mayo de 2015, hice el llamado para un despertar espiritual. Los estados miembros de la ONU no deberían limitarse a seguir sus intereses nacionales. Cada Estado miembro debe tratar de servir al propósito de la totalidad, el propósito mayor, mirando más allá del interés nacional. Cuando observamos el mundo desde el punto de vista de Dios vemos una perspectiva más amplia de la humanidad.

No importa cuál sea nuestro campo de acción -pastor, parlamentario o profesor- debemos estar comprometidos, guiados por los principios morales y espirituales universales. Seamos el alcalde de una pequeña ciudad, el pastor de una pequeña iglesia, el presidente de una nación o el secretario general de la ONU. Esto es nuestra responsabilidad eterna. Esta es la responsabilidad de cada parlamentario reunido aquí.

En el año 2000 mi marido y yo hablamos en las Naciones Unidas en Nueva York pidiendo a la ONU y a los Estados Miembros considerar una propuesta innovadora a saber: establecer dentro de su sistema un Consejo Interreligioso, compuesto por religiosos, líderes espirituales y morales que pudieran asesorar, colaborar y deliberar con los representantes de los estados miembros. Un Consejo de este tipo podría servir como la voz de los valores y principios universales.

La ONU surgió en la época de la Segunda Guerra Mundial, hace más de 70 años. Considerando que existen oficinas de la ONU en Nueva York, Ginebra, Viena y Nairobi, y a pesar de estar viviendo cada vez más en una era de Asia Pacífico, no hay todavía una oficina en Asia. En muchos sentidos, el centro geopolítico, económico y social de la gravedad de nuestro mundo se está desplazando hacia Asia. Con esto en mente, la UPF y otras organizaciones afiliadas de nuestro Movimiento abogan para que se considere establecer una quinta oficina de las Naciones Unidas en Corea. Espero que reflexionen sobre esta propuesta.

Creo que una quinta Oficina de las Naciones Unidas en la península de Corea, tal vez en la zona de desmilitarización, con el apoyo de ambas Coreas, sería un gran paso para establecer la paz en esta península y en el noreste de Asia.

Para terminar quiero enfatizar en la importancia del rol de los parlamentarios. Ustedes representan a las personas. El pueblo les ha confiado una gran responsabilidad. Si los parlamentarios del mundo se unen en armonía y cooperación por el bien de la paz podremos transformar la realidad actual de nuestro mundo, creando un mundo de alegría, armonía y paz duradera. Con esto en mente los animo, en este día, a formar la Asociación Internacional de Parlamentarios para la Paz (IAPP) centrada en el principio de vivir por el bien de los demás y centrada en Dios, nuestro Padre Celestial.

Ustedes son los representantes de los siete mil millones de personas del mundo. Si se unen de esta manera no habrá nada que no podamos lograr. Vamos a trabajar juntos para construir un mundo de paz duradera.

Gracias por permitirme compartir estas palabras con ustedes hoy. Que Dios bendiga a cada uno de ustedes, su familia y su nación”.