Buenos Aires, Argentina—Bajo el habitual lema “Digamos juntos: ‘¡Gracias!’” UPF-Argentina celebró una nueva edición del Día Internacional del Voluntariado, el 6 de diciembre, en el aula magna de la Universidad Privada UdeMM (Buenos Aires). En la ocasión se entregó la VI edición de reconocimientos “Voluntariado y Bien Común”, distinguiendo a seis voluntarios e igual número de entidades por su labor (1). También se firmó la Declaración “Compromiso de Solidaridad y Paz” junto con la Red Cooperar. Reseña: www.youtube.com/watch?v=aUUpDKF45N0&t=3s
El reconocimiento especial de este año fue para Silvia Carranza, actual presidente del Centro de Inclusión Libre y Solidario de Argentina (CILSA), que el 14 de mayo cumplió 50 años de vida institucional: “Por su vocación de servicio y solidaridad; por su fe, fuerza de voluntad y capacidad puesta en promover la inclusión” (2).
Compromiso de Solidaridad y Paz
En la oportunidad se firmó la Declaración “Compromiso de Solidaridad y Paz” (3) junto con la Red Cooperar, que coordina el flamante Embajador para la Paz Christian Oreb y agrupa a más de una docena de organizaciones de la sociedad civil. Previamente se pasó un video-reseña del encuentro intercultural, interreligioso e interinstitucional realizado el 12 de julio con motivo del Bicentenario en la histórica Sala de Representantes de la Manzana de las Luces (Buenos Aires). De las inquietudes respondidas por los participantes de aquella conmemoración surgieron los puntos de la Declaración.
Pablo Olivera da Silva, Presidente de Construyendo Ciudadanía, que integra la Red Cooperar, dio lectura a la Declaración. Por Red Cooperar firmó la misma Enrique Michelli, presidente de Sin Diferencias, integrante de la Red; y por UPF-Argentina, Andrés Melgarejo, del Consejo de Paz de UPF-Argentina y Secretario General 2005-2008. Al final la firmaron los participantes, entre los cuales se encontraban representantes de las más variadas entidades y personalidades, como el reconocido actor de teatro y cine Edgardo Nieva.
Fueron testigos históricos de este significativo momento personajes caracterizados por voluntarios de la Red Cooperar, como José de San Martín, Manuel Belgrano, Martín de Güemes, Juan Bautista Túpac Amaru, Juana Azurduy y Mamá Antula, conocida como una de las “madres espirituales” de la República Argentina. Presentes también en el acto del Bicentenario celebrado el 12 de julio en el emblemático predio de la Manzana de las Luces.
Aplauso global: ¡Viva los voluntarios!
Al comienzo brindó palabras de bienvenida la Lic. Silvia Gabriela Vázquez, Secretaria de Extensión Universitaria y Directora de la Cátedra de Responsabilidad Social Universitaria de la UdeMM. En tanto, el mensaje para la fecha del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, fue leído por la Embajadora para la Paz Prof. Lucrecia Potenza, quien dirige la Fundación Artes, Educación y Salud (4). El cierre fue con la actuación del coro interreligioso e intercultural, dirigido por el Embajador para la Paz, Maestro Carlos Hernández, una iniciativa de UPF-Argentina, que tiene como propósito brindar un mensaje de hermandad y paz. Interpretaron el “Himno Naciones Unidas para la Paz” y “Por ti seré”, en homenaje a todos los voluntarios en su día.
El encuentro contó con la adhesión del Foro Permanente para la Educación, la Ciencia y la Cultura por la Paz (FOPAZ); y de la Casa Universitaria, Museo de Artes Plásticas y la Asociación Sanmartiniana del Partido de General San Martín; además de numerosas salutaciones.
Cabe recordar que el Día Internacional del Voluntariado fue establecido el 17 de diciembre de 1985 por la ONU, que exhorta adoptar medidas por una “mayor conciencia de la importante contribución de los voluntarios, estimulando así a más personas en todas las condiciones sociales a ofrecer sus servicios como voluntarios”. Tuvo como lema esta año: «#GlobalApplause - ¡Viva los voluntarios!»
Citas
(1) VI Edición de Reconocimientos “Voluntariado Y Bien Común” – UPF-Argentina, en adhesión al Día Internacional del Voluntariado 2016 (fecha ONU):
Reconocimiento Especial
Silvia Carranza
Por su vocación de servicio, fe, fuerza de voluntad y capacidad puesta en promover la inclusión. Presidente de CILSA, ONG que trabaja por la inclusión hace más de 50 años.
Reconocimiento: Bien Común (Por orden alfabético):
ABRIGUEMOS A UN NIÑO
Ana María Masabeu - Coordinadora
FUNDACIÓN MAESTROS SIN FRONTERAS
Mabel Kaprow - Presidente
FUNDACIÓN MAPFRE
Paula Patanó - Coordinadora de Voluntariado Corporativo
LA USINA
Jorge Etori – Cofundador y miembro de Comisión Directiva
LIBERTATE
Beatriz Pellizzari - Directora
Reconocimiento: Voluntariado (Por orden alfabético):
María Alejandra Campolonghi
Vocación de servicio y compromiso social a través de “Entre Todos es Posible”
Javier Di Pardo
Vocación de servicio, asistencia y servicios legales para ONG’s
María Clara Garay
Voluntariado en hospitales, comedores y adultos mayores
Lucas Alfredo Ríos
Voluntariado en hogares y centros de adulto mayores
Elena Santa Cruz
Voluntaria titiritera y payaso en hospitales, hogares, escuelas y penales
Gustavo Verta
Compromiso con el voluntariado a través del Rotary Club
(2) Jurado que resuelve sobre los reconocimientos “Voluntariado y Bien Común” otorgados por UPF-Argentina:
Lo integra la Lic. Silvia Gabriela Vázquez, Secretaria de Extensión Universitaria y Directora de la Cátedra de Responsabilidad Social Universitaria de la UdeMM; la empresaria Constanza Sena, Pro Secretaria del Rotary Distrito 4905 e integrante de otras entidades de compromiso social y ecológico; el Lic. Hugo Cattoni, especialista en Psicogerontologia y atención de Adultos Mayores, Director del Hogar de Adultos Mayores “San José” de Ciudadela, que integra la red mundial de Mensajeros de la Paz; el Diplomado en Seguridad Social Alejandro D’Alessandro, Presidente del Centro de Planeamiento Estratégico para la Seguridad Social y Director del programa radial y revista “Acción de Paz”; y el Lic. Miguel Werner, Secretario General de la Federación para la Paz Universal, UPF-Argentina.
(3) Declaración “Compromiso de Solidaridad y Paz”
“Cooperación y hermandad para la libertad y el desarrollo sustentable en el Tricentenario”
Al cumplir 200 años, los acontecimientos presentes y pasados nos interpelan como República. Necesitamos reencontrarnos y reconocernos en la riqueza de la diversidad de culturas, nacionalidades y tradiciones espirituales, para responder a los nuevos desafíos con madurez cívica y compromiso de solidaridad y paz, como protagonistas de la historia, para inaugurar un tricentenario de esperanza.
1. LIBERAR. “¡Libertad!, ¡libertad!, ¡libertad!”: aquel anhelo sagrado del Himno Nacional retumba hoy como un eco de frustraciones e injusticias. Ante imposiciones de un sistema global que nos reduce, por momentos, a consumidores, máquinas o mercancía. Frente a problemas no resueltos, como el hambre y la pobreza, la droga y la violencia, la inseguridad y el miedo, que hipotecan la paz, social y mundial. Todo lo cual requiere liberarnos del imperio de egos y personalismos, del fanatismo e indiferencias, del conformismo y del pecado de la soberbia de pensar que podemos superar semejantes desafíos solos, sintiéndonos ombligo del mundo, sin escuchar, y peor aún, excluyendo o relegando a los demás.
2. COOPERAR. Viejos paradigmas y dogmas nos dividieron y alejaron de nuestra esencia y nuestro destino de grandeza. Nos han desviado del bien común, de la comprensión de la riqueza de la diversidad. Este tiempo nos recuerda que somos todos diferentes, pues lo propio del ser humano y de los pueblos es su singularidad. De allí la necesidad de vincularnos cooperativamente, porque “somos en el otro”. Una estrategia evolutiva de progreso que implica una mayor empatía y altruismo. También una mejor comunicación, diálogo y desarrollo de lazos solidarios de ayuda mutua. Pero cooperar, además, es un imperativo de estos tiempos ante la gravedad de los problemas que afronta nuestra sociedad, la Humanidad y el planeta.
3. IDENTIDAD. Sin identidad no es posible una sana interacción, como sin valores comunes es imposible una vida en comunidad. Nuestra identidad como Nación se compone de los aportes de diversas etnias, culturas y religiones. Comprende pueblos originarios, inmigrantes y sus descendientes. Esta diversidad constituye una riqueza en la convivencia en paz. Y Argentina puede ser un faro de luz ante un panorama oscuro, en el que afloran nacionalismos y se proyectan nuevos muros. Cuando establezcamos vínculos en torno de valores socio-culturales que compartimos con Latinoamérica, trascendiendo la mera lógica mercantil o ideológica que pretende reducirnos a consumidores, clientes, votos; en desmedro de nuestra condición de ciudadanos, libres y protagonistas de sus destinos.
4. DIGNIDAD. La dignidad es innata, crece al amparo de un hogar y se despliega en la vida vivida con sentido comunitario. Se recrea cotidianamente en hombres y mujeres que tienen la posibilidad de llevar el pan a su mesa y les pueden brindar a sus hijos la oportunidad del estudio. Está claro, no hay dignidad sin libertad. No podemos ser dignos en un contexto y un mundo donde afloran masas de indignados. No bastan las leyes y meros consensos retóricos. Se requiere del desarrollo de valores esenciales para entender que el dinero y la fama no son sinónimo de éxito y que el progreso de una nación no puede medirse sólo por su producto bruto o balance financiero, sino por su recurso más preciado: un pueblo que vive con dignidad.
5. RECONOCER. Transcurrieron 200 años como Nación, pero aún necesitamos aprender, integrar y encaminarnos a un desarrollo compartido, en la riqueza del crisol de etnias y culturas, algunas de ellas todavía relegadas, olvidadas. Todos somos ciudadanos de este pueblo, de este tiempo y necesitamos reencontrarnos. Nuestra suerte, singular y colectiva, está irremediablemente entrelazada y debemos reconocer en el otro la posibilidad de evolucionar a nuevos estadios de respeto mutuo y de convivencia en comunidad. Recordar que ante todo somos personas con un origen y destino común, por lo que no son para nada razonables los aislamientos, exclusiones y bloqueos que pretendieron grupos y gobiernos como posibles soluciones. Mucho menos las guerras. El desarrollo sustentable se enlaza en la conciencia que “Todos somos uno”.
6. SANAR. El pasado nos interpela, pero el futuro está en nuestras manos y lo construimos ahora. Hay heridas que duelen. Injusticias que deben ser reparadas. Pero cuando nos reconocemos unos a otros como iguales, simplemente como seres humanos, habremos dado el primer paso. El “amor verdadero”, el principio de vivir por el bien de los demás, ley universal inscripta en la naturaleza y enseñada por las tradiciones espirituales, es capaz de recrear relaciones, sanar y evitar la gangrena del resentimiento. También es cierto que las grietas en una Nación pueden superarse cuando se busca trabajar por el bien común. No hay “soluciones mágicas”, pero si hay voluntad, siempre hay un camino. Hay esperanza.
7. INTERDEPENDENCIA. La evolución de individuos y pueblos a lo largo de la historia muestra el pasaje de la dependencia a la independencia, y de ésta a la interdependencia. Establecer vínculos con el justo equilibrio entre individuo y sociedad, relacionarnos mejor y de manera más sana redundará en la prevención y reducción del fanatismo y terrorismo. Porque somos seres en relación, con el don de la palabra, que nos permite el diálogo, que ayuda a reducir prejuicios, miedos y desconfianzas. Con la premisa básica de distintas culturas y religiones: trata a los demás como querrías ser tratado o no hagas a los demás lo que no quisieras que hagan contigo. Plataforma de convivencia pacífica y progreso.
8. PARTICIPAR. El festival de corrupción que nos castigó durante décadas nos desconcierta, nos angustia, nos mata. Del mismo modo, cuando se percibe que no se asume más compromiso social que esperar que el que gobierna resuelva todo, sin entender que muchas de las desgracias y problemas nacen de desentendernos y no participar de la vida en comunidad. Somos seres sociales y necesitamos un compromiso mayor si no estamos conformes con el entorno de nuestra vida cotidiana. Por eso es importante involucrarnos en las reuniones de la escuela y de nuestro barrio, del club, el templo y la política. En términos cívicos, todos los argentinos tenemos una enorme deuda desde 1983: darle calidad al sistema democrático ejerciendo nuestro rol de ciudadanos activos y participativos.
9. HERMANAR. En nuestra Patria tenemos que darnos la oportunidad de superar dicotomías políticas, ideológicas y hasta deportivas que crearon grietas y orfandades. Es cierto que el desánimo muchas veces nos doblega ante la falta de reciprocidad, aunque es comprensible en una sociedad global donde el egoísmo y el resentimiento han sido regados durante tanto tiempo. Donde la espiritualidad se vivió sólo como un acto de introspección individual y el bien común se diluyó en disputas de poder. Donde hay familias destruidas, mujeres y niños explotados, abuelos descartados, grupos excluidos y relegados. Pero es hora de despertar del estado de indiferencia y dar una oportunidad al impulso y mandato de hermandad, de ayudar a los demás, que da sentido a la vida y alimenta el sueño de un mañana mejor.
10. PAZ. El anhelado cambio de una sociedad y un mundo mejor es complejo, pero lo menos inteligente es sentarse a esperar, porque cada uno tiene su cuota de responsabilidad. “Qué lindo que es el amor después de haber trabajado al sol…”, expresa una canción folklórica. Cuando se cumplen las leyes, el trabajo dignifica y el mérito tiene su recompensa. Sin dudas, el esfuerzo nunca será suficiente mientras haya gente con carencias básicas. Y la esperanza se alimenta con nobles causas. Por eso, hoy más que nunca: “¡Oíd, mortales! el grito sagrado”: ¡Somos hermanos!, ¡somos hermanos!, ¡somos hermanos! Y “Coronados de gloria vivamos”, comprometidos a caminar este Tricentenario con sentido y dignidad, en solidaridad y en paz: con el Creador, con la gran familia humana y con toda la Creación.
Buenos Aires, República Argentina, 6 de diciembre de 2016
(4) Extracto mensaje del Secretario General de ONU, Ban Ki Moon:
“Expreso mi más profundo agradecimiento a los más de 6.700 voluntarios de las Naciones Unidas, 12.000 miembros del servicio de voluntariado en línea de las Naciones Unidas y los mil millones de voluntarios comunitarios repartidos por todo el mundo. Su contribución es fundamental para el futuro de los pueblos y el planeta. Su dedicación y entusiasmo pueden servirnos de inspiración a todos.
En este Día Internacional de los Voluntarios, reconozcamos el inmenso valor que los voluntarios aportan al mundo. Apoyémoslos, al igual que hacen ellos con los demás, y aplaudamos su espíritu de ciudadanía global y su determinación para crear un futuro de paz, prosperidad y dignidad para todos”.