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Panel “Cultura de Paz” en reunión de Embajadores para la Paz

Argentina-2020-07-08-UPF’s Monthly Zoom Meeting Discusses the Arts and Sports as Promoters of Peace

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Buenos Aires, Argentina—“Cultura de Paz” fue el lema del panel que tuvo lugar en la reunión mensual de Embajadores para la Paz del 8 de julio 2020, con 29 conexiones vía zoom. Expusieron Stella Maris Arzuaga, directora de Cultura, Educación y Ceremonial; y directora del Museo y Archivo Histórico de la Municipalidad de Arrecifes (Provincia de Buenos Aires); Jorge Alcaraz, presidente del Círculo Almafuerte y secretario gremial de Sociedad Argentina de Escritores (SADE) (Ciudad de Buenos Aires); y Eduardo Alberto Borri y Mariel Jackeline Giusti, coordinadores del Movimiento Mensajeros de Paz “Pacis Nuntii”, de la provincia de Santa Fe. Tras lo cual el auditorio hizo preguntas.

Grabación de reunión: https://www.youtube.com/watch?v=wkiTg5cETWo

Previamente Julio Nardini, integrante del Consejo de Paz, brindó un informe de las actividades de junio, entre las cuales destacó el inicio de la serie de zoom-webinar, comenzando con un panel de parlamentarios. Sobre el mismo brindó su impresión Humberto Benedetto, parlamentario del Mercosur, quien fuera el moderador de dicho panel. Luego Miguel Werner, secretario general de UPF Argentina, anunció algunas de las próximas actividades. El cierre fue con poemas de Lucrecia Potenza, fundadora y directora de FUNDARTES; y María Irene Giurlani, presidente y fundadora de Real-Izar la Paz. Recitaron “Argentinos” y “Celebremos la cultura de Paz”, respectivamente.

El panel “Cultura de Paz” puso foco en uno de los ocho ejes de acción de la UPF: “Arte, deportes y cultura de Paz”. Considerando que las distintas expresiones artísticas (literatura, poesía, dibujo, pintura, música, danza, etc.), el lenguaje y el mundo de los símbolos, y la cultura en general, pueden hacer su contribución a la paz, local y global, en base a valores universales, trascendiendo fronteras, ideologías y religiones. Del mismo modo el deporte, con valores como los del respeto a las reglas y el trabajo en equipo, acercando pueblos, nacionalidades y culturas a través de los distintos encuentros, nacionales o mundiales. Manifestaciones del cuerpo, mente y corazón que pueden realizar aportes prácticos a la convivencia, desde un lenguaje particular o universal que ayude al conocimiento y entendimiento mutuo, combinando arte, talento y bien común.

Stella Maris Arzuaga, directora de Cultura, Educación y Ceremonial / Directora del Museo y Archivo Histórico de la Municipalidad de Arrecifes (Provincia de Buenos Aires) / Embajadora para la Paz 2015

Consideró que el covid-19 ha permitido hablar de la paz de una manera diferente ante situaciones nuevas. “Debemos ser generadores de paz en las situaciones que tanto se habla de la “grieta” (divisiones) y de las diferencias políticas”, expresó. Contó que las actividades que realizan las relacionan con la historia, que está plagada de violencia, pero también de ejemplos, como San Martín, quien no quiso enfrentarse con hermanos, recordó.

En su exposición sólo mostró una imagen, del cruce que hizo de los Andes, rememorando aquella gesta histórica de San Martín en la campaña libertadora. Al respecto dijo estar agradecida de haber conformado una familia, con hijos y nietos, “pero el cruce de los Andes cambió mi vida”, confesó. Porque brinda “una real dimensión de lo que es el amor a la patria”, que “es algo que se siente y que se hace”, acotó. Admitió que lloró en aquel momento especial, “porque no podía entender cómo en esa época se pudieron hacer semejantes emprendimientos, semejantes empresas, con condiciones mínimas de seguridad, de estrategia”. Hoy el cruce de los Andes significa “llevar la paz a cada una de las actividades que realizo”, señaló. Y cerró con una frase de San Francisco de Asís: “La paz antes de estar en las palabras tiene que estar en el corazón”.

Jorge Alcaraz, presidente del Círculo Almafuerte / Secretario gremial de Sociedad Argentina de Escritores (SADE) (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) / Embajador para la Paz 2017

Lamentó que la realidad parece “una novela o un cuento melodramático” y “un calvario a veces sin final”, por la competencia del hombre por el poder. Y enumeró otros tipos de violencia, además de la guerra: el engaño, la corrupción, las “grietas” (divisiones), la pobreza, la indiferencia, la provocación, la intolerancia. Pero instó al bien común, a trabajar por una sociedad mejor, porque más allá de la historia, entiende podemos revertirla “todos juntos”. Hacer de este planeta, un planeta mejor, un mundo mejor, tal vez hoy una utopía, pero que “entre todos lo podemos lograr”, repitió. “La paz, siempre lo digo, está en cada uno de nosotros”, afirmó. “Todo comienza a partir de la familia (…) a partir de la educación (…) y después viene nuestra cultura en todos sus aspectos”, acotó. Consideró como prioridad aprender a convivir, sin lo cual “no podemos llegar a solucionar muchísimos problemas que estamos sufriendo”, en nuestro país y en el mundo.

Ponderó el arte, por la llegada que tiene a la gente, porque a través del mismo se puede propiciar la paz, los valores, actitudes y comportamientos que rechacen la violencia. Y esto se logra, reiteró, a través de la educación, la cultura y la familia. “Yo creo que la construcción de una cultura de paz es un proceso que necesita su tiempo, que requiere un cambio de mentalidad, desde lo individual a lo colectivo”, opinó. Desde su quehacer cultural, que es la literatura, cree que “nuestro arte debe sensibilizar (…), enriquecer los valores; los valores éticos y humanos”. Reivindicó la palabra, que invita a dialogar; “el amor, los sueños, la verdad, la justicia y la libertad, y, por supuesto, la aceptación del otro, a pesar de las diferencias”, reflexionó. Su expectativa de la cultura es que pueda ayudar al cambio social: “dejar un mensaje en esta época de pandemia”. “Ojalá Dios quiera nos cambie la mentalidad” y las diferencias se puedan saldar con el diálogo, concluyó.

Eduardo Borri – Jackeline Giusti, coordinadores del Movimiento Mensajeros de Paz Pacis Nuntii, Santa Fe (Provincia de Santa Fe) / Embajadores para la Paz 2015

Jackeline proyectó una reseña de Pacis Nuntii, que significa anunciadores, mensajeros, constructores de paz en latín; que definió como un movimiento de “accionar dinámico, amplio y flexible de personas comprometidas voluntariamente con la causa de la Paz”. Habló del origen del grupo, en 1985, con la expedición de canotaje Pacis Nuntii, que uniera Brasilia con Buenos Aires en piragua, portando la Bandera Universal de la Paz; un farol, representando a la luz; y una imagen de Cristo en la cruz confeccionada por un artesano descendiente del pueblo originario guaraní. Con un trayecto de 5400 kilómetros remando, “transmitiendo un mensaje de paz, amor y confraternidad al mundo”.

Pacis Nuntii integra a niños, adolescentes, jóvenes y adultos con la finalidad de establecer y promover la Bandera Universal de la Paz y sus valores. Fundadora de la escuela de canotaje en 1987, la natación en aguas abiertas a orillas del río Paraná, exaltando al deporte como herramienta de construcción de paz; y la expedición alerta litoral en defensa del río Paraná. Creadora de instituciones solidarias, ecologistas y deportivas. Entre las actividades promociona la Bandera Universal de la Paz, que es entregada a las más diversas instituciones y personalidades, como al papa Juan Pablo II. La misma llegó hasta la cima de los montes Aconcagua y Everest, hasta India y Kenia, y a los lugares más recónditos del planeta, enarbolando los ideales de unión y universalidad, “junto a la esperanza de aportar a la construcción de una era más justa, más humana y más fraterna”, manifestó.

Eduardo relató cómo surgió la Bandera Universal de la Paz: al cruzar la plaza Alvear de Paraná (provincia de Entre Ríos), junto a una bandada de palomas que vuela al sonar de las campanas de la iglesia San Miguel, descubren en el cielo unas nubes aladas impulsadas por el viento del Sur, que se acercaban a la luna llena. Cuya observación se convertiría en la Bandera Universal de la Paz: “un símbolo de interpretación directa”. La “Paz es una emoción independiente de toda circunstancia”, reflexionó, señalando que la bandera “irradia una energía sutil, que la empodera en el corazón del que la observa y la elige”. Explicó que la paloma blanca, con un ramo de olivo en su pico abrazando al planeta, sin fronteras, que contiene una familia, representa a la humanidad, con la guía de la luz de una estrella, trascendiendo etnias, religiones y nacionalidades. El celeste de la vía láctea y los objetos astronómicos remiten a las profundidades de los tiempos: “al presente, al futuro y a la presencia divina en el universo estelar”. Y comparó la alegría de Noé al ver volver al arca la paloma con el ramo de olivo en su pico con “nuestra alegría, cuando superemos esta interpelación de la naturaleza que estamos viviendo”, exclamó.

“No se ve la frontera de las naciones cuando se ve la tierra en el espacio”, remitió a Carl Sagan. Aunque “no hace falta subir tan alto, sólo falta amar”, agregó. Y acordó con la esperanza manifestada previamente por su colega Jorge: “yo creo que el giro (el cambio) lo vamos a lograr (…) La humanidad se va a reconciliar con todos los reinos”, expresó. A la vez recordó que los Embajadores para la Paz “tenemos una gran riqueza (…) porque tenemos Paz, y quién tiene paz en su conciencia lo tienen todo”, sentenció.