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La juventud forja senderos hacia la paz en Italia

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Veintitrés jóvenes israelíes y palestinos viajaron juntos al norte y al centro de Italia desde el 1ro. al 10 de septiembre de 2008, con el propósito de desarrollar nuevas habilidades de liderazgo.

Al principio, la gente tenía cierta tendencia de permanecer dentro de sus propios grupos durante este Viaje de Liderazgo Internacional. Como Marina, una de las participantes israelíes, dijo, “Vivir y viajar juntos durante diez días puede ser difícil a veces, debido a las complicadas dinámicas de grupo que naturalmente se crean.”

Gradualmente, sin embargo, los israelíes y los palestinos comenzaron a mezclarse a medida que se involucraban en conversaciones y discusiones, en comidas compartidas, haciendo compras, y disfrutando de excursiones. Cuando eran planteados temas políticos en reuniones más formales, la discusión se enardecía, especialmente por haber entre los delegados algunos graduados de ciencia política. Como resultado, pronto todos se dieron cuenta que algunas de las interacciones más fructíferas fueron las informales.

Tales experiencias son intentos de crear un nuevo paradigma de comprensión y de paz, dando a líderes jóvenes una oportunidad para participar en formar un mejor futuro para sus familias, comunidades y naciones.

En enero de 2008, dos secretarios generales de la UPF, Giorgio Gasperoni de la República de San Marino y Hod Ben Zvi, de Israel, organizaron un viaje exploratorio y de diálogo intercultural en Israel y Palestina para 20 jóvenes líderes italianos. Este viaje de israelíes y palestinos a Italia era en una visita recíproca. Dos participantes mayores, el

Dr. Azmi Abu-Soud y el Dr. Shuki Ben Ami sirvieron como guías y mentores para los jóvenes palestinos e israelíes.
La primera parada fue en la hermosa Bérgamo. El anfitrión Carlos Zonato hizo un gran trabajo proveyendo a la delegación alojamiento, transporte, y magníficas oportunidades de excursión y visitas turísticas, con la ayuda de la Oficina Municipal para Asuntos de Paz dirigida por el Dr. Maggioni. Las reuniones fueron llevadas a cabo en el ayuntamiento con los ONGs locales dedicadas a promover la paz en Medio Oriente. Varios de los grandes sindicatos expresaron un sincero deseo de involucrarse a largo plazo en el proceso de la paz. Esto creó una oportunidad para que los jóvenes expresen sus respectivos puntos de vista.

Uno de los puntos culminantes de la visita fue un partido de fútbol entre el equipo palestino-israelí y un equipo local italiano semiprofesional. La gente de la ciudad animaba a los equipos, y aunque ganaran a los huéspedes por 12 a 4, después del partido celebraron todos juntos alegremente en una pizzería. Eyal comentó: “Como portero (arquero), permití solamente que me hagan ocho goles. Increíblemente, perdimos por ocho. Sin embargo, jugamos como un equipo de deportistas y demostramos a la muchedumbre que los israelíes y palestinos podemos jugar juntos.”

En San Marin ocurrió un incidente entre dos representantes, un israelí y un palestino, durante una presentación vespertina. Se tomaron ciertos temas políticos discutibles que crearon un alboroto entre la delegación y dañaron seriamente el delicado equilibrio que había sido mantenido hasta ahora a lo largo de su viaje, haciendo imposible continuar con el horario regular programado. Al día siguiente, hubo tiempo libre para que todos los delegados se recuperaran y volvieran a su estado normal. Las cosas comenzaron gradualmente a tomar cierta calidez después de un hermoso viaje alrededor de San Marino, recibidos por guías locales.

En Rimini, una Embajadora para la Paz clave, Anna Marie, recibió a la delegación. Ella cantó canciones hermosas acompañadas por su hermano, un talentoso guitarrista. Un grupo de blues italiano local logró revivir el espíritu de Memphis --una experiencia verdaderamente excepcional.

Los participantes palestinos prepararon esa tarde una deliciosa comida típica de Medio Oriente para todos en el hogar de la familia Gasperoni. Marina comentó que esto “reveló una atmósfera especial de amistad y cooperación. Algo significativo sucedió en la cocina, y allí estábamos todos nosotros, en un crisol cultural.” Los hijos de Giorgio atendieron a la delegación entera: conduciéndoles, guiándoles y traduciéndoles. Se unió a ellos un grupo de seis jóvenes voluntarios del Servicio para la Paz-Europa (Service for Peace-Europe), que adhirieron su energía joven. Antes de partir, compartieron las tareas de limpieza, restaurando lo que había sido un restaurante de Medio Oriente, a ser otra vez el hogar de la familia Gasperoni.

De regreso a Pesaro, se proporcionaron bicicletas para hacer un viaje alrededor de la ciudad, en donde la juventud fue saludada por el alcalde y su anfitriona, la señora Pecchia. Un magnífico día en la playa, lleno de diversión y relajación ayudó a los participantes a enfrentar a su siguiente desafío: el alojamiento de esa noche en un campamento de exploradores en las afueras de la ciudad, algo que les pareció a algunos jóvenes como si fueran los cuarteles de un ejército. Esto creó una conmoción entre aquellos que sintieron que el desafío era demasiado grande. A pesar del susto inicial, y después del ánimo dado entre sus compañeros de viaje, los jóvenes sintieron que lo mejor era quedarse, juntos hacer que las cosas funcionen, e intentar sacar lo mejor de esa situación.

El día siguiente incluyó una visita a un centro de discapacitados, uno de los orgullos de Pesaro, debido a su iniciativa única basada en una integración completa a la sociedad. También, estudiantes de una sección de la universidad de Urbino se encontraron con los delegados para una discusión en mesa redonda. En el último día viajaron de Pesaro a Roma a través de los campos de Italia, de región en región, pasando el atardecer final caminando alrededor de Roma, viendo los sitios principales.

A la mañana siguiente, los empleados de la línea aérea nacional israelí, El Al (conocida por sus estrictas normas de seguridad), al estar inspirados por esta gira de la paz, permitieron que tanto israelíes y palestinos pasaran juntos por los mismos procedimientos estándar de control (check-in).

En general, la experiencia entera de diez días desafió a los delegados en todos los niveles. Más allá de sus fuertes diferencias e ideas políticas, comenzaron a sentirse como hermanos y hermanas con sueños y esperanzas similares. Uno de los participantes comentó: “Hay conexiones universales entre la gente, aún si no tienen un lenguaje o una cultura en común. Incluso un conflicto histórico no puede separarnos cuando hay compasión verdadera entre nosotros como seres humanos. Obviamente, nuestras crecientes amistades desafiaron a los miembros de la delegación; sin embargo, sentíamos que tal resultado era exactamente el propósito de habernos unido a este proyecto.”