París, Francia - En este momento de duelo nacional, en nombre de la Federación para la Paz Universal, invitamos a todos a rezar por las 17 personas que murieron en los ataques recientes, los muchos que fueron heridos, sus familiares y la comunidad. Expresamos nuestro más profundo pesar a los familiares de las víctimas. Estos asesinatos nos duelen muy profundamente como ciudadanos franceses y como seres humanos.
Los asesinos aseguran que han asesinado en nombre de Dios, pero esto es una blasfemia. El terrorismo, que concentra su poder a partir del resentimiento y la venganza, se contradice con la enseñanza más profunda de las religiones. Todos los líderes musulmanes que nos honran al trabajar con la Federación para la Paz Universal condenan el terrorismo como algo alejado del Islam.
Pero aún yace una pregunta importante: "¿Cómo poner fin al espiral del terror?" Las personas ya sienten que las medidas meramente políticas o policíacas no serán suficientes. Por ende, la sociedad civil está reaccionando y se están realizando reuniones espontáneas en lugares públicos para orar y meditar. Sin embargo, la reciente experiencia ha mostrado el límite de las expresiones espontáneas de emoción y de eslóganes. Eslóganes tales como "Devuélvanos a nuestras niñas" y "No en mi nombre" se han esparcido por todo el mundo, pero con pocos resultados. ¿Qué debemos decir y hacer después de "Yo soy Charlie"?
El ataque contra Charlie Hebdo es un golpe contra de la libertad, especialmente la libertad de expresión, que es tan importante para la democracia. Pero cuando la búsqueda de la verdad no está impregnada de un sentido del respeto hacia los demás, se generan conflictos. Cada vez que humillamos y ofendemos a los demás en nombre de la libertad de expresión, ya sea mediante las redes sociales o los medios, nos arriesgamos a alimentar el odio sin sentido. Las creencias religiosas son preciosas para muchas personas del mundo, y ellas tienen el derecho a que se respeten sus convicciones profundas.
Basados en los motivos religiosos, este tipo de terror necesita una respuesta religiosa; o, más bien, una respuesta interreligiosa en contra de las motivaciones egoístas del terrorismo. Esta respuesta debería afirmar el valor absoluto de la vida humana y la unidad central de todos los miembros de la familia humana. Por lo tanto, para poder trascender los conflictos, la democracia necesita estar basada en las éticas universales y en los valores centrales de las grandes religiones: la benevolencia, la piedad y el amor al prójimo.
Ante el posible incremento de la violencia, la Federación para la Paz Universal pide una alianza de religiones, más allá de sus conflictos históricos, para darle un nuevo rumbo a la democracia. Para esto necesitamos una mayor cooperación entre los líderes políticos y religiosos, que es la única forma de mantener la paz democrática. Necesitamos la responsabilidad de los medios de comunicación respecto a la paz religiosa, social y política. Junto con nuestros Embajadores para la Paz renovaremos nuestra determinación de apoyar estos esfuerzos en nuestra nación y en el mundo.