Las Vegas, EE.UU. - No hay un lugar en la tierra igual a Las Vegas, una ciudad dedicada a la búsqueda del placer, aunque a menudo una puerta a la infelicidad y hasta la desesperación. En su primer discurso público en Nevada en casi diez años, el Rvdo. Dr. Sun Myung Moon utilizó las contradicciones de Las Vegas como una metáfora de los cambios internos necesarios para que la humanidad pueda encontrar la paz.
La Rvda. In Jin Moon, presidente de la Iglesia de Unificación de Estados Unidos, tuvo la feliz tarea de presentar a su propio padre ante una sala repleta. "Todo el mundo llega a Las Vegas con la esperanza de ganar el premio gordo", dijo, "y creo que nosotros, los que estamos escuchando estos mensajes, somos los ganadores de un premio mucho más importante. Seamos el pueblo de Dios que tiene que traer el cambio a los Estados Unidos y al mundo. No necesitamos esperar que los líderes políticos o religiosos tomen medidas ", dijo. "!Aprovechemos esta oportunidad!"
El Rvdo. Emanuel Wasson III, pastor de la Iglesia Sagrada Trinidad A.M.E. de Las Vegas, instó a la muchedumbre para salir de Las Vegas con una perspectiva diferente. "A pesar de que provenimos de diferentes orígenes, vamos a celebrar lo más importante que todos tenemos en común", dijo. "Y eso es, que todos somos hijos del mismo Dios. ¡Cuando vayan a casa, recuerden de dar el testimonio de que en Las Vegas el Espíritu de Dios está bien y está vivo!"
En su discurso, el Dr. Moon abordó la necesidad de un cambio de corazón y un cambio de mentalidad para que Estados Unidos vuelva a ponerse en línea con el destino dado por Dios. En lugar de simplemente mencionar la promiscuidad y la corrupción comúnmente asociadas con Las Vegas, él llamó la atención a la oportunidad perdida para vivir en el bien. "Si siquiera una parte de la colosal energía y gastos invertidos en Las Vegas diariamente en búsqueda del placer personal, podría desviarse hacia un propósito celestial (divino) y a la búsqueda de la verdadera felicidad, ¡cuán rápido podría ser cambiado el mundo!
El Padre Moon hizo hincapié en que los hábitos diarios y el medio ambiente mental y emocional que crean estos hábitos, rodean a cada uno de nosotros con energías que producen un efecto profundo en nuestro bienestar espiritual, aunque a menudo desapercibido. "Hay un montón de cosas malas ocurriendo en Las Vegas", dijo, "pero incluso esta ciudad puede convertirse en una comunidad celestial llena de hijos de Dios, el Rey celestial".
Un llamado a la acción
Extractos del discurso pronunciado por el Reverendo Sun Myung Moon
He orado mucho e intensamente durante la noche, aún durante las noches más oscuras cuando estaba en la cárcel, para descubrir cómo ayudar al pueblo de Estados Unidos a que se dé cuenta de que Dios es nuestro padre celestial viviente y que el mundo espiritual es real. Sin Dios, no hay manera de que podamos rescatar a los Estados Unidos de América de una cultura egocéntrica e individualista, que está lejos de la verdad.
He visto muchas, muchas personas que pierden su tiempo y su dinero aquí en Las Vegas, pero aún deseo ayudarlas, y ayudar a los Estados Unidos. Después de todo, no puedo olvidar nunca el hecho de que fueron soldados estadounidenses quienes me liberaron de una prisión comunista e impidieron que mi patria cayera en una tiranía. Siempre amaré a Estados Unidos profundamente. Sin embargo, puedo ver que en muchos aspectos el clima moral en este país está empeorando.
Estamos viviendo en una época en que todo se volverá claro. Se puede utilizar la red de Internet para encontrar casi cualquier cosa, incluso las cosas que la gente prefiere que permanezcan ocultas. ¡Cuánto más se conocerá la verdad del mundo celestial cuando aprendamos a utilizar en el modo correcto nuestras habilidades dadas por Dios! Todos debemos vivir vidas de pureza y transparencia.
¿Cómo podemos entonces crear un mundo de paz? Hoy estamos hablando del establecimiento de las Naciones Unidas-Abel. ¿Qué significa eso? Será un mundo donde las grandes naciones como EE.UU., Rusia y China, en lugar de invertir miles de millones en armas y tecnologías de defensa innecesarias, comprenderán que Dios está esperando con gran pesar a que todos sus hijos vengan a Él en paz.
Ahora Dios necesita desesperadamente hombres y mujeres buenos para construir su reino. Sin embargo, las naciones del mundo están perdiendo su tiempo y esfuerzo en ejércitos y armas, y las familias se están desintegrando porque las personas no están honrando el verdadero amor, la vida y el linaje que Dios quiere darnos a todos nosotros. Si ustedes conocieran la profundidad de lo que estoy diciendo, se quedarían despiertos toda la noche para leer mis palabras y ponerlas en práctica.
Esta tarea comienza con cada familia y con cada pareja. El Cielo que conozco no es un lugar que alguien puede ir por sí mismo. Usted mismo y su cónyuge deben convertirse en verdaderos padres, y cuando multiplican con éxito familias de paz, esta nación y el mundo se van a tornar pacíficos también. "