L. Huarcaya: El flaco de la séptima, Mario Vargas Llosa
Thursday, March 17, 2011
Homenaje a Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura en 2010
Colegio Militar "Leoncio Prado," Lima, Peru, 17 de marzo 2011
Rompiendo los rígidos protocolos y comprendiendo que mi amigo Mario "Diente" Vargas Llosa, debe estar super cansado de homenajes y protocolos, quiero hablar de alegrías y lágrimas; dice mi médico que voy a vivir muchos años si sigo repartiendo alegría.
Hace muy poco prendo la TV y veo a Mario en Copenhagen antes de su condecoración en un mensaje de amor que dio al mundo, y en verdad mis alegrías fueron lágrimas sus emotivas palabras me hicieron llorar. ¡Qué emoción! cuando agradeció a su su esposa Patricia, a sus hijos entre ellos Alvaro, Mario más emocionado que nunca humedeció sus grandes ojos como un niño, y su familia lloró, y el auditorio lloró y millones de humanos que miraban la TV, lloraban y más cuando casi temblando dijo: "si no fuera por mi familia no sería lo que soy."
Los peruanos que a veces lo reprochamos en un segundo en un instante levantamos nuestro orgullo hasta el cielo cuando terminando expresó "Yo soy peruano, en el Perú en esa hermosa tierra nací."
Esas lágrimas eran de alegría. Mario había hablado con el corazón, y cuando hablamos con el corazón abierto, hablamos con el espíritu, y el espíritu es infinito. Yo ahora quisiera inspirarme y expresarme como mi profesor Mario, con el corazón y amor en este mundo lleno de guerras cuando el mundo quiere paz.
Nuestra amistad con Mario, Victor Flores fue única, ellos fueron mis profesores de natación. Venían de Piura y tenían un crawl con la cabeza metida en el agua; íbamos a la glorieta un pequeño paraíso en la Siberia (apodo al lugar helado del Colegio) ahí Mario nos leía a Salgari, Dumas, Victor Hugo y unos más que no me acuerdo, después nos quitamos la ropa y bajábamos a nadar en nuestra hermosa piscina, desnudos; más de 30 días estuvimos ahí. De repente un día frió, sentimos un grito: - ¡Esos cadetes, ¿qué hacen en el agua? ¡Salgan al momento!
Cuando salimos, vimos a un gigante, el Mayor Vasques Benavides. -¡Uds, creen que yo soy un co..... les he visto nadar; creía que eran de la selección, pero este flaco mirándome no nada nada! ¡Descanso Atención! ¡Como penalidad van a marchar con paso redoblado hasta el comedor calatos! ¡De frente marchen!
Por supuesto no llegamos al comedor; nos fuimos a vestir a la glorieta y a despedirnos del paraíso. ¿Adónde íbamos ir? - para que Mario que ya escribía diariamente versos para enamoradas y páginas rojas para vender siga deleitándonos. Pasamos por la imprenta y vimos enfrente un techado abierto lleno rollos de papel inmensos; lo investigamos y era el perfecto escondite pusimos nuestros gruesos sacones verdes canadienses el lugar se volvió hermosas camas intelectuales.
Mario no se merece un solo Premio Nobel, se merece mucho más. Cuando redactó una carta y le envió a la Presidencia de la República renunciando a participar en el Museo de la Memoria porque se había dado un decreto contra los Derechos Humanos.
El Perú es muy complejo y es difícil la equidad, aprendiendo lo que dice Mario apoyemos lo bueno y reconstruyamos lo malo; así avanzaremos.
Gracias a Mario a los organizadores de este magnífico reencuentro.
MARIO VARGAS LLOSA: SINTESIS DEL DISCURSO FINAL
Terminando la reunión, Mario expresó su agradecimiento a los organizadores: Estoy con llanto y feliz por los recuerdos que había traído a la memoria detalles tan lindos como dijo el Arq. Luis Huarcaya con episodios emocionantes y formativos; agradezco también a Victor Flores; los tres éramos más que amigos.
Quiero declarar enfaticamente que mi carrera de literatura comenzó acá en el Colegio Militar Leoncio Prado, donde diariamente escribía sin parar. Ellos me ayudaron a construir mi mundo literario, igualmente la disciplina y la visión tan diferente del Perú, todas las razas juntas.
Muchas gracias. Esta reunión con lágrimas y alegría es un recuerdo inolvidable.