En el Día Internacional de las Familias debo expresar la preocupación que tenemos porque muchos de los problemas graves de la infancia y la adolescencia se deben a que no disponen de un adecuado ambiente familiar.
El desarrollo saludable, el desarrollo de su inteligencia, los valores con el que crecen niñas, niños y adolescentes son el resultado de los referentes y el ejemplo con el que crecen. La soledad, la falta de contención, los estímulos externos, hacen que las chicas y chicos se vean cada vez más expuestos a situaciones que les conducen a enfrentar graves problemas que muchas veces arruinan su vida futura.
El concepto de familia hoy en día es muy amplio pero hay características que las debe conducir, como ser un espacio cálido de amor, de protección en el cual se sienten contenidos, acolitados, reconocidos, estimulados y sobre todo amados y conducidos.
Los derechos de los niños, niñas y adolescentes les facultan a ser reconocidos como ciudadanos, a disponer de los mínimos básicos para un adecuado crecimiento y desarrollo, pero también suponen obligaciones. Tanto los derechos como los deberes se aplican progresivamente de acuerdo a la edad y maduración y en ese contexto la familia juega un rol clave. No importa que los niños, niñas y adolescentes no tengan la familia tradicional, cualquier forma de familia debe reunir los mismos requisitos para ayudarlos a crecer y a desarrollarse saludablemente tanto física como emocionalmente.
En el Día de las Familias nos cabe la esperanza de que la sociedad se estructure de tal manera que establezca como prioridad proteger a la familia y su ambiente, esta es una responsabilidad de la sociedad si quieren garantizar que los niños y niñas de hoy sean parte de un futuro halagüeño para la humanidad.