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H.J.H. Moon: Construir un mundo de paz eterno en las Américas y en el mundo

 Mensaje de la Co-fundadora de la Federación para la Paz Universal, leído por la Sra. Sun Jin Moon
Conferencia Internacional de Liderazgo
Montevideo (Uruguay), 22 de abril de 2014

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Excelencias, distinguidos líderes religiosos, Embajadores para la Paz, respetados delegados de toda América del Sur, Central y del Norte; damas y caballeros. Es un gran gusto para mí dirigirme a ustedes en esta hermosa ciudad de Montevideo, en esta importante Conferencia Internacional del Liderazgo auspiciada por la Federación para la Paz Universal.

El Hotel Victoria Plaza tiene una gran importancia para mí, como el lugar de celebración de tantos eventos importantes dedicados a la paz y al desarrollo en Latinoamérica y el mundo. Recuerdo que hace unos 20 años fuimos recibidos aquí con mi esposo, el Rvdo. Sun Myung Moon, por el entonces Presidente de Uruguay, Dr. Luis Alberto Lacalle, junto con el Presidente del Banco Central de Uruguay y otros importantes personajes políticos. En esa ocasión estábamos llevando a cabo la ceremonia de inauguración del Hotel Convention Hall. Fue en aquella ceremonia que mi esposo y yo, junto con otros invitados, hicimos una promesa de avanzar para construir un nuevo futuro de paz y prosperidad. Aún recuerdo vívidamente ese día como si fuera ayer. Mi esposo y yo estábamos llenos de esperanza y emoción, mientras fundábamos esta iniciativa para la paz en las Américas.

La verdad fundamental que yace en el núcleo de esas iniciativas es que todos somos hijos e hijas de Dios; y, por lo tanto, somos miembros de “Una familia bajo Dios”. Todos nuestros esfuerzos y las numerosas organizaciones de paz que hemos fundado desde hace muchos años se han dedicado completamente al cumplimiento de esa visión. Con la gracia de Dios, esta visión ahora está floreciendo como una flor de esperanza. Oro para que esta visión continúe creciendo y dé frutos aquí en América del Sur y en todo el mundo.

En este gran continente, y en todo este hemisferio, las personas aspiran vivir en libertad y armonía como hermanos y hermanas, y con la naturaleza. Este ideal ha sido una esperanza muy añorada por Dios y el deseo de la humanidad a lo largo de las eras. Creo que es tiempo de enfrentar un cambio urgente para hacer realidad este sueño.

Nuestro mundo está pasando por varias dificultades: desde el cambio climático y la pobreza hasta las tensiones y conflictos geopolíticos. Norteamérica y Sudamérica presentan sus propios problemas, pero creo que las personas de ambos continentes tienen un enorme potencial y pueden pararse en la línea de frente para construir un nuevo mundo de paz y prosperidad eternas. Ahora, la fortuna celestial se está enfocando en esta región. Brasil será la sede de la Copa Mundial FIFA 2014 en junio y también de las Olimpíadas de Verano 2016. Todas las miradas se están dirigiendo ahora a Sudamérica.

Damas y caballeros, en tiempos como este, tenemos que abrir nuestros corazones y mentes para recibir la guía de Dios, nuestro Padre Celestial. ¡Es por eso que nos hemos reunido hoy aquí!

Desarrollo de un movimiento para unificar América del Norte y del Sur

¡Estimados líderes! De acuerdo con la voluntad de Dios, mi esposo y yo pasamos más de tres décadas, durante la mejor etapa de nuestras vidas, sacrificándonos junto a nuestra familia para llevar a cabo un despertar espiritual en los Estados Unidos de Norteamérica, una nación que fue bendecida por Dios para convertirse en la nación más poderosa del mundo. Sin embargo, las bendiciones de Dios no sólo eran para el pueblo estadounidense, sino para toda la humanidad. Así, los Estados Unidos, como la nación líder del mundo libre, tenía la responsabilidad de trabajar y servir a otras naciones para establecer el ideal original de Dios, el mundo del amor verdadero y la paz eterna. Desafortunadamente, a partir de la década del ‘60 muchas personas de los Estados Unidos comenzaron a perder de vista esa verdad. Evidenció este hecho la propagación del abuso de drogas, sexo libre, individualismo y materialismo. Así comenzó una tendencia de declive espiritual y cultural.

Con nuestra llegada a los Estados Unidos en 1971 buscamos con mi esposo realizar un gran despertar mediante movimientos populares dedicados a la renovación espiritual y moral. Mi esposo entendió que Dios lo había llamado “como un bombero para apagar el fuego, como un médico para sanar”. Los Estados Unidos habían perdido su camino y necesitaban reavivar ese espíritu centrado en Dios que había predominado en el tiempo de su fundación. Este era el mensaje que mi esposo y yo entregamos a los presidentes Eisenhower y Nixon, a cientos de miembros del Congreso en el Capitolio de los Estados Unidos y a millones de estadounidenses de todas las religiones, razas y trasfondos culturales. Yo también transmití este mensaje centrado en Dios a través de los Estados Unidos y en la Sede de las Naciones Unidas.

Nuestra visión no era simplemente para los Estados Unidos o Norteamérica, sino para “las Américas”. Por esta razón, en octubre de 1980, fundamos la Confederación de Asociaciones para la Unidad de las Sociedades Americanas (CAUSA). CAUSA auspició seminarios educativos a lo largo de todas las Américas con el propósito de introducir la visión de una comunidad global de paz centrada en Dios. Este esfuerzo fue ampliamente recibido por todos los niveles sociales, incluyendo líderes gubernamentales y religiosos, y sirvió como una alternativa crítica hacia el materialismo y las ideologías divisorias. Siempre enfatizamos la centralidad de la espiritualidad y del “Diosismo” como el camino verdadero hacia la liberación, el desarrollo y la paz.

Para mantener esta visión de paz, mi esposo y yo fundamos The Washington Times en 1982. Por más de 30 años The Washington Times ostentó el estándar periodístico más elevado, afirmando los valores universales de fe, familia, libertad y servicio. Siendo reconocido por líderes como Ronald Reagan y Margaret Thatcher, fue fundamental en la ayuda para terminar con la Guerra Fría. Sigue siendo una voz líder del periodismo veraz y responsable. En 1996, con esta misma misión, establecimos junto con el ex presidente George H. W. Bush Tiempos del Mundo, que comenzó en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, y se expandió por 16 naciones a lo largo de América Central y del Sur.

En la década del ‘80 el comunismo se había esparcido por Asia y África y estaba intentando expandir su influencia en América del Norte y del Sur. Nicaragua estuvo bajo una gran amenaza en aquel tiempo y El Salvador estaba al borde del colapso. Al mismo tiempo, muchos países en Sudamérica, comenzando con Uruguay, estaban inquietos por la expansión de la “Teología de Liberación”. The Washington Times jugó un papel decisivo en apoyar a los Contras de Nicaragua. Si Nicaragua se hubiese hecho comunista en aquel momento eso habría desencadenado un incontrolable efecto dominó en la expansión comunista en toda América Central y del Sur. Muchos líderes gubernamentales en Norteamérica estaban pasando por alto este tema.

The Washington Times se enfocó en informar al público de su apoyo a Nicaragua al escribir artículos especiales y nuevos informes. Esto resultó en la aprobación de un presupuesto de más de 150 millones de dólares. Como resultado, la expansión del comunismo en América Central y del Sur se detuvo. Cuando visité Nicaragua a mitad de los ‘90, la Presidente Violeta Chamorro expresó su gratitud al decir que estaba convencida que nuestro apoyo en aquel momento había cambiado la historia de su nación.

La bandera de victoria sobre el comunismo se había elevado bien alta a través de los seminarios de CAUSA llevados a cabo en Uruguay, Bolivia, Chile, Perú, Ecuador, Honduras, Guatemala, Brasil y otros lugares. En aquel momento muchos de los líderes principales de esas naciones recibieron esta iniciativa y las iglesias católicas, que estaban afligidas por el surgimiento de la “teología de liberación”, también mostraron su apoyo. Tiempos del Mundo también dirigió la opinión pública hacia el apoyo de las actividades de CAUSA.

En 1996, en Washington DC, fundamos la Federación de Familias para la Paz y Unificación Mundial (FFPUM) con el propósito de iniciar un movimiento global dedicado a la crianza y el fortalecimiento de familias sanas, estables y centradas en Dios, como la base de una comunidad global armoniosa y próspera. Tuvimos el honor de que los ex presidentes de los Estados Unidos George H. W. Bush y Gerald Ford, así como el ex Primer Ministro de Gran Bretaña Edward Heath, asistieran a la asamblea de inauguración. Desde aquel momento la FFPUM ha estado promoviendo y expandiendo activamente su visión en 194 naciones.

El desafío más grande con el que nos hemos encontrado en la era de la Guerra Fría fue superar el comunismo que negaba la existencia de Dios. Después de la Guerra Fría enfocamos nuestros esfuerzos en fortalecer la democracia liberal que estaba encarando una seria crisis de desintegración familiar debido al sexo libre. Cualquier régimen o sistema compuesto por seres humanos está destinado a la corrupción, al abuso del poder y a violaciones de los derechos humanos. Para hacer frente a estos problemas, hemos estado difundiendo el “Diosismo” como una visión para movernos hacia un nuevo mundo de paz. Bajo este pensamiento de “ala de cabeza” buscamos crear un mundo basado en los valores de interdependencia, prosperidad mutua y valores universalmente compartidos que puedan abrazar las ideologías de ala izquierda y ala derecha.

Una visión para una comunidad ideal centrada en América Central y del Sur

¡Respetados líderes de las Américas! El fundamento substancial que establecimos con mi esposo en Norteamérica sobre el curso de cuatro décadas se llevó a cabo con el mismo entusiasmo que en Sudamérica.

Un componente fundamental de este esfuerzo ha sido el movimiento interreligioso para promover la armonía y la cooperación ecuménica entre el pueblo protestante de Norteamérica y el pueblo predominantemente católico de Sudamérica. En diciembre de 1995 convocamos una gran conferencia interreligiosa aquí en Montevideo bajo el lema: “Ecumenismo cristiano en las Américas: Hacia una familia cristiana bajo Dios”. El convocante fue el Dr. William Cenkner, de la Universidad Católica de Estados Unidos. Esta conferencia fue seguida por una serie de programas ecuménicos que incluyó durante un período de varios años a miles de clérigos cristianos, teólogos y laicos.

A fines del ‘90 hice una gira por 16 naciones de Sudamérica hablando ante grandes multitudes acerca de nuestra visión de paz centrada en Dios. Durante ese tiempo tuve la oportunidad de reunirme con los líderes de ocho naciones y comprendí la necesidad de cooperación e integración de los países de Sudamérica y Norteamérica, junto con la unidad ecuménica entre el protestantismo y el catolicismo.

En Jardim, Brasil, establecimos el Centro de Educación de Familias Ideales para la Paz Mundial y reunimos a personas de todo el mundo que aspiraban crear una comunidad ideal. También establecimos una granja allí llamada Fazenda Nova Esperanza e invitamos a que las personas vengan a trabajar con la tierra y aprendieran a vivir juntos con ciudadanos de todo el mundo. Así comenzó un movimiento para construir una comunidad modelo ideal.

En la región de pantanal, centrada en Puerto Leda, junto con la cuenca del Río Paraguay, hemos trabajado para construir una aldea ideal, con voluntarios internacionales viviendo y trabajando juntos en armonía con la naturaleza. Allí establecimos una granja con la visión de desarrollar los recursos para el beneficio de las personas del mundo. Además, iniciamos el primer proyecto de pesca y agricultura. La pesca y la agricultura son necesarias porque en el futuro no será suficiente para abastecer a la población de pescado con lo que se atrape en el mar. En mayo del año pasado fuimos exitosos en obtener nuestro primer lote de Baku. También nos sentimos honrados con la visita del presidente paraguayo Federico Franco y otros funcionarios del gobierno.

Nuestros pioneros en Puerto Leda, a pesar de las circunstancias desafiantes, han construido una comunidad próspera mediante la inversión de su sangre, sudor y lágrimas. Mirando hacia el futuro, planeamos crear comodidades adicionales en Leda que puedan beneficiar a varias tribus de la región, incluyendo un hospital, escuelas y un centro comunitario.

Junto con esposo también nos hemos dedicado a las naciones del cono sur de Sudamérica fomentando un aumento de la cooperación económica. Si se creaba una comunidad económica dinámica centrada en esta región, todas las naciones de Sudamérica podrían cooperar en unidad y prosperidad mutua. La cooperación económica puede llevar a una mejor cooperación política y entre las personas.

Junto con estas iniciativas también hemos comprendido la importancia de los deportes, no solo como una forma de entretenimiento, sino como un instrumento para la paz. Después del Mundial Corea-Japón 2002 establecimos con mi esposo la Copa de la Paz como un torneo internacional de fútbol. La leyenda futbolística Pelé se inspiró y contribuyó a la realización de la Copa de la Paz. Este torneo reunió a varios clubs reconocidos de todo el mundo y muchos fans de todas partes amaron este evento. También adquirimos el club Sorocaba de San Pablo, Brasil, y el club Cene de Jardim, fomentando no solo los estándares más elevados de excelencia atlética, sino también una excelencia moral y un buen espíritu deportivo.

Superar obstáculos y expandir la paz en distintos campos hacia todo el mundo

El Rvdo. Moon pasó por muchas experiencias de vida o muerte. También se enfrentó a una persecución indescriptible en los Estados Unidos, que se suponía debía ser una nación democrática líder. Lo inculparon falsamente de evasión de impuestos y fue encarcelado. Si pudiera borraría el día 20 de julio de 1984 del calendario. Ese fue el día que mi esposo fue encarcelado en la Prisión de Danbury. Recuerdo haber llorado en silencio incluso cuando mi esposo me animaba con una sonrisa, mientras se adentraba en Danbury, diciendo que en vez de orar por él debía orar por los Estados Unidos. “Perdona incluso a tus enemigos y vive por el bien de los demás”. Este es el espíritu de Danbury. Mi esposo continuó viviendo por el bien mayor de acuerdo con la voluntad del Cielo aún después de haber sido despojado de todo y cuando todo parecía perdido.

Continuamos con mi esposo nuestros esfuerzos por el bien de los Estados Unidos y del mundo aún mientras estaba en Danbury. Trajimos 200 camiones para abastecer de comida a los necesitados. A través de The Washington Times nos dedicamos a cortar el avance del comunismo global. El Rvdo. Joseph Lowery y otros ministros cristianos se unieron a las filas de los líderes religiosos pidiendo la libertad religiosa y la abolición de la discriminación racial. ¡El Cielo de verdad trabaja de formas misteriosas!

Hemos hecho giras por muchos lugares y hemos hablado ante muchas personas. Hemos transmitido la palabra de Dios en las áreas más remotas del mundo, en los congresos de las naciones e incluso en la Sede de la ONU. Muchas veces mi esposo hablaba hasta que su garganta quedaba adolorida, con un tanque de oxígeno a su lado y una ambulancia a la espera mientras hablaba en las regiones montañosas de Sudamérica. Su gira debía continuar porque tenía que transmitir rápidamente la palabra de Dios a todo el mundo.

Mi esposo nunca descasó tranquilo. Un día estaba en el este, al día siguiente estaba en el oeste. Muchas personas ven bastante estresante hacer al menos una de las muchas tareas que él realizó. Día a día vimos que la visión de un mundo de paz a través de familias ideales tomaba forma milagrosamente ante nuestros ojos. Mi esposo ofreció oraciones de agradecimiento a Dios con sus labios resecos, las rodillas hinchadas y todo su cuerpo adolorido.

Con mi esposo creamos muchas organizaciones y compañías internacionales para la paz en todas las esferas de actividad. Sin embargo, pasamos por un indescriptible dolor durante el curso de construir este fundamento global. Nos enfrentamos a numerosas amenazas terroristas. Nuestra iglesia en Francia quedó repleta de balas por pistoleros desconocidos. Incluso vimos la tragedia de algunos de nuestros misioneros siendo martirizados en África y en las naciones del este europeo. La memoria de las almas de esos queridos mártires las tenemos guardadas en nuestro corazón.

El camino de los Padres Verdaderos de la humanidad, el Maestro Verdadero y el Dueño Verdadero es largo y arduo, como si navegáramos la providencia a través de una tormenta. Superando estos obstáculos se llevan a cabo actividades en diferentes campos de todo el mundo basados en este fundamento global de paz. Nuestro futuro yace en las manos de las generaciones futuras. Por este propósito establecí la Fundación Wonmo Pyeongae y estoy apoyando a miles de personas talentosas de todo el globo a través de un programa de becas que otorga millones de dólares por año. Mi esperanza es cultivar el talento entre los jóvenes que puedan defender el valor de “amar al Cielo, amar a la humanidad y amar a su nación” mientras se convierten en hijos filiales en la familia, patriotas en la nación, santos en el mundo cumpliendo el camino de un hijo divino en frente de Dios.

Estos son algunos de los muchos proyectos que iniciamos con mi esposo en las Américas. Aprenderán durante el curso de esta Conferencia Internacional de Liderazgo acerca del desarrollo de muchas otras iniciativas que lleva a cabo la Federación para la Paz Universal, así como la Federación de Familias para la Paz y Unificación Mundial y su movimiento de Bendición, la Federación de Mujeres para la Paz Mundial, la Fundación Wonmo Pyeongae, que provee becas para los jóvenes, así como muchas otras organizaciones. Todas ellas están dedicadas a la visión de construir “Una familia bajo Dios”.

Un llamado a la acción

¡Queridos líderes! Hemos vivido con mi esposo nuestras vidas de acuerdo a la dirección del Cielo. Siendo llamados por Dios para abrazar a toda la humanidad con el corazón de Padres Verdaderos hemos invertido todo nuestro ser por el bien de la liberación de Dios, la salvación de la humanidad y la realización de un mundo de paz. Nos hemos enfrentado a muchos desafíos y tribulaciones en este camino, pero hemos superado todo eso para llevar a cabo nuestra misión celestial.

Oro para que podamos trabajar juntos en esta gran misión de construir un mundo unificado de paz y prosperidad, como una familia bajo Dios. Con esto en mente me gustaría presentarles un desafío que espero puedan tomar con seriedad.

Primero, me gustaría proponerles tomar la iniciativa de la protección del medio ambiente. Ahora el mundo está pasando por severas calamidades debido al cambio climático y a la rápida destrucción del medio ambiente. La desertificación en China y África se está acelerando y está trayendo graves consecuencias no solo en aquellas áreas, sino también a las regiones vecinas. La deforestación en la región del Amazonas es un golpe a los pulmones de esta tierra. Dios nos dio el mundo natural para que podamos vivir en él como nuestro hogar, un ambiente dentro del cual podamos florecer. Tenemos que amar a la naturaleza y tratar a todas las cosas de la creación con amor. La naturaleza, a cambio, nos da lo que necesitamos. Tenemos que recordar que la humanidad y la naturaleza son parte de un solo ecosistema creado por Dios. ¡Vivamos juntos en armonía con la naturaleza!

Cada día mueren de hambre seis mil personas en este mundo, más de 20 millones por año. ¿Quién puede lidiar con esta trágica realidad? Es por eso que les propongo que construyan granjas y piscifactorías en las extensas tierras de Sudamérica. Esta es la razón por la que construimos con mi esposo una fábrica de productos marinos en Kodiak, Alaska. Mi esposo ha tomado la iniciativa de la producción masiva de harina de pescado para suministrarlo como alimento a las personas que sufren de hambre. Comenzamos la producción en nuestras fábricas de Alaska. En el futuro transferiremos la tecnología de la harina de pescado manufacturada hacia Puerto Leda. Mi esposo siempre ha enfatizado que la industria marina es la mejor forma de resolver la crisis alimenticia mientras que, al mismo tiempo, previene la contaminación. Los materiales crudos en la tierra no durarán otros cien años. Por lo tanto, tenemos que perseguir un proyecto de desarrollo sustentable en relación con los océanos de América del Norte y del Sur.

Segundo, vamos a tomar la iniciativa de realizar el ideal de “Una familia bajo Dios” al superar las barreras de raza, religión y nacionalidad. Mi esposo y yo hemos trabajado para alcanzar este objetivo mediante el movimiento de Bendición Matrimonial, fomentando los matrimonios internacionales, interreligiosos e interraciales y la creación de familias ideales. Mediante estas familias podremos reconciliar enemistades y conseguir la unidad del mundo. Como sabrán, millones de parejas de todo el mundo han participado de la Bendición afirmando su matrimonio con la determinación de construir un mundo de paz al formar familias ideales centradas en Dios. De esta forma podremos superar todos los desafíos que dividen a la familia humana.

Tercero, les pido que también tomen la iniciativa de fomentar la reconciliación y la unidad entre todas las tradiciones religiosas de América del Sur y del Norte. Un mundo de paz comienza con la reconciliación y la unidad entre las religiones. Dios ha guiado a la humanidad a través de la historia mediante la religión. La armonía y la cooperación entre las religiones del Norte y el Sur de América son precondiciones para la paz y el desarrollo. Ansío que todos puedan tomar la iniciativa para fomentar el diálogo interreligioso y la cooperación entre todas las religiones de América del Norte y del Sur.

Finalmente les pido sinceramente hoy a todos los líderes aquí reunidos que hagan realidad todos estos proyectos que mi esposo y yo hemos iniciado para las Américas. De esta forma podremos reconstruir y renovar nuestras naciones y establecer un mundo de paz eterno, como Dios lo previó desde el comienzo de los tiempos. Este mundo va más allá de las divisiones de religión, raza, etnicidad y nacionalidad. El mundo ideal de Dios es un mundo sin fronteras, un mundo de libertad, paz, unidad y felicidad.

¡Dios existe! Por esta razón sus esfuerzos por el bien de América del Norte y del Sur no serán en vano. Depende de cada uno de nosotros trabajar para hacer de este ideal celestial una realidad histórica en el menor tiempo posible. Sinceramente les pido que trabajen conmigo para realizar este plan de conseguir un nuevo mundo de paz para el desarrollo de las Américas.

Conclusión

¡Respetados líderes de América del Norte y del Sur! Han pasado más de 20 años desde que mi esposo y yo comenzamos nuestros esfuerzos para construir un nuevo mundo aquí en Sudamérica. Creo que ese sueño puede convertirse en una realidad viviente. Sudamérica tiene grandes recursos que le permitirán convertirse en un centro comercial del siglo XXI. Aunque haya pasado por varios problemas políticos, económicos y sociales, las bendiciones de Dios estarán sobre este continente.

En agosto la Federación para la Paz Universal, junto con otras organizaciones afiliadas acompañando, convocaremos en Corea la Segunda Cumbre Mundial de Paz y Desarrollo Humano. La Cumbre Mundial se está convocando en conmemoración de la ascensión de mí amado esposo hace casi dos años. En esta ocasión nos detendremos a reflexionar sobre todos los programas que mi esposo y yo iniciamos en América del Norte y del Sur. La Cumbre Mundial proveerá una oportunidad de oro para que miremos hacia el pasado y planeemos a futuro, mientras tenemos la fortuna celestial como guía y apoyo. Oro para que la Cumbre Mundial sirva como un punto de inflexión importante para que todas las personas de las Américas hagan un nuevo comienzo con un corazón y una mente unidos.

¡Distinguidos líderes! Mi esposo y yo hemos transitado por el curso de los Padres Verdaderos, buscando invertir por el bien de los demás y por el bien del mundo. Oro para que ustedes también se sumen a este camino. Los invito a tomar este desafío de construir un nuevo mundo. Vayamos todos juntos como uno solo y alcancemos el sueño de construir “Una familia bajo Dios”.

Que las bendiciones de Dios estén con ustedes, sus familias, sus naciones y en las Américas.

Muchas gracias.

Traducción al español: Yamila y Ricardo Gómez