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J.M. Sanguinetti: Discurso en la Cumbre Mundial 2014

Discurso en la Cumbre Mundial 2014, Seul, Corea, 9-13 agosto 2014

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NUESTRO MUNDO

* Vivimos un tiempo de cambios y un cambio de tiempo. En los últimos 30 años, se abrió un nuevo período histórico, una vez que se clausuró el tiempo de la guerra fría. 1989 con la caída del Muro de Berlín, nos puso delante de un escenario distinto. Ya no era Washington o Moscú. También estaba Beijing, estaba Seúl, está Nueva Delhi y por supuesto Berlín, como centro de una Europa que sigue siendo el mayor espacio económico mundial. Los equilibrios cambiaron, la geopolítica pasó a ser otra, pero emergió una nueva sociedad, caracterizada por tres dimensiones.

* Sociedad del conocimiento. Los valores económicos mudaron. La propiedad intelectual vale tanto como la material. Es más importante la patente de un medicamento que su producción real.

* Sociedad de la información. Ya los diarios no son la fuente de noticias. Ella corren por las redes y las radios. La televisión provee imágenes fugaces. Los diarios explican, pero ada vez más están Internet y menos en el papel.

* Sociedad del consumo. Todo esto ha generado un ascenso gigantesco de las clases medias. Los consumos se han democratizado. Cada vez más gente accede a bienes de confort en la vida antes solo pensados para los privilegiados. Esto tiene mucho de bueno, también una trampa, que es el exceso de consumo y de crédito, la tentación de las “marcas”, la demanda infantil a los padres, que no siempre pueden acceder a esa nuevas necesidades creadas por la propaganda.

* Esto nos lleva al gran desafío de nuestro tiempo: preservar valores en este mundo en cambio. Los valores de la libertad individual, de la libertad de conciencia religiosa, de la tolerancia entre credos, de la familia, de la maternidad responsable, de la salud espiritual y física, hoy agredida por vicios sociales. Nuestros jóvenes hoy caen con facilidad en el consumo de drogas o en la ludopatía. Ellos ocurren por los vacíos que sienten en su vida. Porque ya la fe religiosa, o la gran causa política, o el entusiasmo vocacional por una profesión, o aun la música o el deporte, no colman su vida. Y esto se debe superar.

LA PAZ

  • Caído del muro de Berlín, se pensó en la paz eterna. El sueño del filósofo Emmanuel Kant. Sin embargo, a poco de andar se vieron los conflictos. Ya no eran las guerras tradicionales entre Estados. Era una batalla con multinacionales de la violencia. La creada por el narcotráfico, por ejemplo en Colombia, o el fundamentalismo de organizaciones terroristas como Al Qaeda o Hamas.
  • Sobreviven, o reaparecen, algunos conflictos de nacionalismo. Son viejos conflictos, como el de Rusia y Ukrania
  • La paz sigue siendo un objetivo a perseguir. Han cambiado los escenarios y los métodos, pero la violencia está. Y ello convoca a todas las organizaciones de convicción humanista a no desfallecer en su esfuerzo. En Oriente y Occidente. En América del Norte y la América del Sur a la que yo pertenezco. Hemos vivido en los últimos años, una bonanza económica, crecimiento, pero no ha mejorado la educación ni ha mejorado la distribución del ingreso. Tampoco la democracia disfruta hoy de la esperada estabilidad. Hay países que están viviendo situaciones difíciles, como Venezuela, por ejemplo. Hay países donde la prensa está sufriendo cuestionamientos desde el poder y ello preocupa. Todo eso obliga entonces a mirar en profundidad y renovar compromisos.

EL LEGADO

  • Vuestra Federación tiene un bien a cuidar, un legado a llevar adelante. No hay nada más importante para cualquier organización que poseer un patrimonio de pensamiento y doctrina y, como consecuencia, la claridad de un derrotero. A ustedes el Reverendo Moon les dejó el mensaje y la herencia de su obra.
  • Yo vengo a dar un testimonio. Cuando le conocí, hace muchos años, percibimos diferencias. En lo religioso especialmente, porque veníamos de orígenes filosóficos distintos. Vimos, sin embargo, un amplio espacio común, en la visión espiritual de un mundo mejor, de un mundo en paz, de un camino que en la educación y el trabajo levantara a nuestros pueblos. En ese objetivo pudimos colaborar. Con espíritu abierto, sin intolerancia. Buscando nuevos caminos. Allí está vuestro destino, entonces. No bajen los brazos. Sigan fortaleciendo los espíritus. Sigan luchando que el progreso de los pueblos no se construye con silencios sino con voces.